Cartas al director

Un partido socialista sin rumbo

El comité federal del PSOE y su secretario general, que no tiene otro discurso que el No es No,  deberían reflexionar y analizar en profundidad los motivos de la perdida constante de votantes. Es inconcebible que  después de una recesión económica brutal, con el lógico desgaste del gobierno del PP, añadiéndole además su corrupción institucional, fuese este con gran diferencia el partido más votado elección tras elección. ¿No les parece que algo se esta haciendo mal desde la oposición? Esto al menos es la apreciación que muchos de los votantes que de momento aún permanecemos fieles al partido,  así como la de algunos  exdirigentes que han contribuida hacer del PSOE un partido ganador con muchos años de gobierno. Creemos que es decepcionante la deriva sin  rumbo de la ejecutiva actual, que a pesar de sacar los peores resultados de la historia, con tal de tocar poder y no dejar gobernar al partido más votado, aunque nos duela, olvidándonos  de los intereses nacionales y de los ciudadanos, son Vds. capaces de pactar con nacionalistas, populistas, separatistas, e incluso con el diablo, si este no encarna al PP. Nuestras señas ideológicas  de 137 años de historia se están diluyendo progresivamente, al proclamar y apoyar en cada autonomía las políticas que les parecen más electoralistas, y que en la realidad producen el efecto contrario. 

Esta estrategia de cambios de discurso y pactos con anticonstitucionalistas, que lógicamente en nada nos beneficia, no la compartimos muchísimos afiliados y simpatizantes, ya que nos está llevando a un  descalabro electoral sin precedentes en la historia. Para bien del propio partido y de España en particular, deberían  hacerles recapacitar de la errática  estrategia política  de un añorado PSOE compacto y con un discurso único.

Me cuesta creer que toda la ejecutiva del PSOE y su secretario general sean tan ilusos para no darse cuenta de que hemos perdido tres elecciones seguidas, y todavía no sepan lo que quieren ser de mayores. Por un lado dicen que no desean nuevas elecciones, que quieren ser el principal partido de la oposición;  por otro no quieren  asumir la responsabilidad de formar parte de un gobierno, ni poder facilitarlo con su abstención  para ser la oposición, porque dicen no se lo perdonarían las bases, obviando al resto de los potenciales votantes. En resumen, ante tal empanada mental seguiremos sin gobierno, y sin darle respuesta al electorado que con sus votos  les demandaron negociar y pactar acuerdos de investidura y legislativos, lo que no es posible ni lógico pretender con 90 u 85 diputados  intentar formar un  gobierno variopinto de ciencia ficción.