Cartas al director

Extravagantes elecciones catalanas

De inédito, extravagante y desdichado podría ser considerado, al menos en España, que en unas elecciones autonómicas, dos de sus principales candidatos: Carlos Puigdemont (Junts per Catalunya) y Oriol Junqueras (ERC), no puedan participar personalmente en la campaña electoral como líderes de sus respectivas formaciones. En el primer

En línea similar, aparece otro  despropósito en el cual está cayendo hasta el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando  habla de “ciudadanos catalanes” circunstancia inexistente, como igualmente  se está confundiendo el enfrentamiento entre independentistas y constitucionalistas , como si se tratara de un conflicto entre dos países distintos. Lenguas minoritarias y restantes peculiaridades culturales son perfectamente respetables, admitiéndose obviamente el sentirse vasco, canario, gallego, murciano, etc., siempre sometidos a la legalidad vigente.

El planteamiento de los comicios catalanes del 21-D, suponen todo un desafío contra la lógica electoral. Incluso, tras ser celebrados y conocidos los resultados, es muy posible que se compliquen todavía más las complejas relaciones entre Cataluña y España. Inicialmente se interpretó que la convocatoria electoral por parte del gobierno independentista podría representar una solución a la crisis, pero tras la inoportuna declaración de la república catalana independiente, Puigdemont no se atrevió a materializar, siendo el propio Rajoy quien llamó a las urnas a los catalanes el 21-D, apoyándose en la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

En principio todo parecía discurrir con la mayor naturalidad, si bien pronto surgió un sobrevenido enrarecimiento ante la duda de que las mencionadas elecciones no supusiesen remedio alguno, e incluso creciese  la incertidumbre sobre el futuro político de las relaciones entre Cataluña y el Gobierno de la Nación, y con ello  la posibilidad  de recuperar la ansiada normalidad.