Cartas al director

Mercadillo de Ourense

El pasado día 7, visitando este mercadillo, pude comprobar de nuevo que los típicos tópicos fallan: ¡mercadillo, precaución!, ¡mercadillo, robo!, ¡mercadillo, gitanos!

Pues sí, fallan los tópicos porque siempre existe gente honesta en cualquier lugar, y yo me la encontré ese día en dicho mercadillo cuando perdí mi teléfono. A mi amiga se le ocurrió llamar a mi número y cual fue su sorpresa cuando al otro lado del teléfono le habla una amable mujer que le dice en qué puesto me dejé el móvil... ¡no me lo podía creer!, ¡que aparezca un móvil en un mercadillo!

Cuando llegamos al puesto, la mujer nos entregó el teléfono. Como cortesía por mi parte quise corresponderle comprándole algo, a lo cual ella contestó: ¡no es necesario señora que compre usted nada!

No sé el nombre de esta joven mujer, pero era gitana y también honesta. Le doy mil gracias además de por su honestidad por romper los estereotipos a los que la sociedad nos tiene acostumbrados.