Cartas al director

Uso y abuso de Renfe

Soy un usuario asiduo de Renfe, un currante que vive en Ourense y trabaja en Santiago, y que gracias al tren Avant puede llevar una vida normal viviendo y trabajando en ciudades distintas. Las cualidades técnicas del tren son maravilla: puntual, rápido, cómodo... Pero ahí acaba la cosa.

Además del tren hay la opción del autobús, pero pasa que no soy funcionario y no tengo un precio especial, por lo que me salen igual de caro, y por horarios y localización de las paradas, mi mejor opción es el tren. Y he aquí la cuestión, Renfe o Adif, ya no sé la diferencia, también sabe esto: que los de Ourense no podemos elegir. Y si a esto le sumamos que con el recorte de líneas, el Avant es la única vía que tenemos para ir a la capital gallega con horarios compatibles con la vida real, y que Renfe, así a la callada, sigilosamente, casi sin presencia en los medios, se ha privatizado por completo, es decir, que ya no es un servicio público para los ciudadanos españoles, sino una empresa privada con ánimo de lucro, sobre todo para sus dirigentes, que se rige por las depredadoras normas del neoliberalismo más "guolestritoriano" -eso sí, con el matiz casposo y chapucero "marca España" (gestión de billetes y bonos electrónicos nivel ochentero, personal que no sabe las normas de viaje, gestión de accidentes pésima,...), pues ya tenemos el escenario de lucro perfecto.

Renfe se inventó dos tratos distintos para los viajeros diarios de los trenes: los de Ourense pagan todo, y los de Coruña se quedan con los precios de los regionales, que como tienen muchos, pues pueden escoger, y con nuestros precios no viajarían en el Avant ni borrachos. A nosotros nos queda aguantar condiciones como las de que el bono de 50 viajes -el que oferta los precios más asequibles- es imposible de comprar, porque resulta que caduca a los 30 días del primer viaje, por lo que, como no viajes sábados y domingos, nunca lo puedes utilizar todo -y el dinero de esos viajes no realizados, "pa la saca" de los directivos de Renfe-; o lo de que no puedas computar los viajes del bono por puntos TEMPO. 

Los viajeros diarios son los que tendrían que tener mejor trato, porque somos los que salvamos la empresa; pero no, Renfe -o ADIF-, como buen organismo neocon, aprovecha la confianza para apretujarnos y exprimirnos todo lo que se pueda y más, y encima se burlan e insultan nuestra inteligencia ofreciéndonos bonos de 50 viajes que es imposible comprar. Lo dicho, Renfe usa y abusa de sus clientes.