Cartas al director

Obituario: José Antonio Marcilla

Antonio Marcilla falleció el lunes, a los 68 años, a causa de un tumor cerebral y después de una larga y valiente lucha contra la enfermedad. Deja viuda, Pily Ferreiro, con quien compartió 47 años de su vida, 42 de casados, y dos hijas, Eva y Ruth, además de un nieto, Martín.  

José Antonio, hijo de Mario, ex empleado del Centro comercial de La Región, era conocido por su larga trayectoria profesional como funcionario en la delegación que el Instituto Nacional de la Seguridad Social tiene en la avenida de la Habana de la ciudad. Allí ocupaba el puesto de recaudador. Una de sus vocaciones fue la enseñanza. Impartió clases durante muchos años y en 1986 abrió la academia de oposiciones Marcilla, en la calle doctor Fleming.

Pero por encima de todo, José Antonio era un optimista. Ni siquiera en los peores momentos de la enfermedad se le vio flaquear. "Hay que mirar para delante, para atrás ni para coger impulso", decía siempre a sus allegados. 

Entre sus pasiones, destacaban la pesca y los coches. Sus amigos recuerdan que no se perdía detalle; le gustaba estar al día de todo lo que sucedía en el mundo del motor. 

De carácter familiar y entrañable, José Antonio era el tipo de persona que provocaba un ambiente cordial allí donde estuviese. Amigo de sus amigos, continuaba viéndose con sus antiguos compañeros de la Seguridad Social varias veces a la semana. Así fue recordado en el funeral, que tuvo lugar ayer a media tarde en la iglesia parroquial de María Auxiliadora, en el colegio Salesianos. Y así será recordado siempre.