Cartas al director

Machismo vs hembrismo

 Todos los años, cada 18 de noviembre se celebra el Día contra la Violencia de Género. La existencia de la fecha en el calendario y el acuerdo en torno a su denominación son hechos significativos en los que verdaderamente uno se pregunta ¿qué más se podría hacer ante la violencia de género?; porque ¿qué es lo que en definitiva la provoca? Posiblemente el miedo, atrayendo a la víctima hacia su agresor. La naturaleza se rige por leyes de selección natural en las que las fuerzas más destructivas actúan a través de la menor resistencia por quienes se ven impulsados a dichos actos.
Son las propias fuerzas que se han apoderado de la persona las que llevan a ésta a un comportamiento primario que no pasa de ser un proceder patológico. Cuando menos son argumentos para la reflexión.


En un mundo dual, en permanente antagonismo, cabe pensar que el hombre y la mujer se ven afectados igualmente en el mismo riesgo. La misma fuerza primaria que provoca el terrorismo machista la ejerce sin duda quien arranca la vida a un feto; en cuyo sentido no debemos olvidar que todos los años, cada 20 de noviembre, se celebra el aniversario de la Convención de los Derechos del Niño. Lo que nos podría sugerir quizá la importancia de avanzar en la erradicación de la violencia de género a través de erradicar el maltrato sobre el feto, que se llamaría terrorismo hembrista.
Lo que hay en el seno materno no es una cosa, aunque las leyes al uso permitan considerarlo así. Se trate del machismo o del fenómeno radical abortista, salvando las formas uno se pregunta si efectivamente, cabría equiparar al aborto en la misma categoría de la violencia de género.