En el año 1958 fallecía el profesor Bóveda. Así es como quería que le tratásemos a don Vicente Bóveda Iglesias “La sabiduría va siempre acompañada de la sencillez”.
Un grupo de alumnos iniciamos gestiones para que perdurase el recuerdo del querido profesor. Ahora y después de un sinfín de años, la corporación municipal ha atendido nuestra petición.
Instaló en la renovada Alameda del Crucero una sencilla y original pantalla fotográfica en la que se hace constar su dedicación vocacional a la enseñanza, incluyendo la buena relación mantenida con sus colegas. Para finalizar este recuerdo dedicado a Bóveda, tuvieron el acierto de incluir una fotografía que, como se suele decir, “la cara es el espejo del alma”. Bóveda no tenía hijos, lo éramos sus alumnos. En donde quiera que esté, seguro que entre los buenos, reciba un cariñoso abrazo para celebrar la suerte de haberle conocido.
Sin quererlo, me tomaron la delantera con este agradecimiento, porque hace unos días Rafael Salgado publicó un acertado artículo sobre la Academia Bóveda. Creo que los dos mensajes enriquecen más la memoria del señor Bóveda.
