Cartas al director

OBITUARIO | La gran Lucila

Hace cinco años escribí algo como esto, se llamaba “El Gran Felucho”, mi padre. Había fallecido. Creo que más de uno se acordará de esta publicación en La Región.

Obviamente, si hoy estoy escribiendo esto, no queda duda de qué significa. La Gran Lucila también se nos fue. Así que, como no podía ser menos, aquí va mi pequeño homenaje para ti, mamá.

¿Sabes que todas y cada una de las personas que te conocieron de joven, opinan de ti que eras una “mujer encantadora”? Pues así es mamá, y así te recuerdo. Tuve la suerte de conocerte más joven por ser la mayor, y todos esos años, hasta que empecé a ser adulta, fueron maravillosos. Eras muy guapa, elegante y de una educación exquisita. Y hay algo que es lo que permanece ahora en mi mente, cada vez que pienso en ti, y es el recuerdo de tu sonrisa. Siempre sonreías.

Hoy quiero agradecerte los valores que me enseñaste, y lo que soy gracias a ellos. Pero hay otras cosas que quiero agradecerte también, tal vez más pequeñas, menos importantes aparentemente, pero son un tesoro para mí: 

Gracias por cuidar de mi hija cuando nació mientras yo trabajaba. Por conseguirme mi primer trabajo, por consolarme, por rezar por mí, por tus lágrimas de emoción en mi Primera Comunión. Gracias por la ilusión que ponías en todo lo que te proponías, por preparar el salón el día de Reyes con tanto esmero como si fuese un escaparate maravilloso. Por cómo ponías la mesa cuando había invitados. Por aquellos veranos tan especiales. 

Gracias por ayudarme a decidir, por consolarme, por darme a dos hermanas. Gracias por la Gina. 

Gracias por tu fuerza y coraje, cuando a pesar de que la vida nos dio un revolcón, tú supiste seguir adelante y tirar de nosotros, incluido papá. Gracias porque creo que esa fuerza la tengo yo. 

Podría seguir mucho más, pero para resumir, gracias mamá por haber estado en momentos muy importantes de mi vida, y aunque con los años eso cambió por tu enfermedad, sé que en un rinconcito sano de tu mente, seguías estando con nosotros… aunque no fueses consciente de ello.

Cómo quisiera que los últimos años hubieran sido distintos.

Ahora estás con papá e imaginaros juntos me alivia el corazón. Ahora ya vuelves a ser tú, mamá, y eso también me consuela. Desde allá donde estéis, sé que seguís cuidando de todos nosotros, así lo siento. 

Te quiero mamá, dale un beso a papá y, ... hasta que nos volvamos a ver. 

Tu hija mayor: