Cartas al director

Carta a mi esposo con todo mi amor

Cuando era un bebé, tu madre me cogía en brazos y le decía a la mía que algún día sería su nuera. Durante nuestra etapa de adolescentes inventábamos mil excusas para poder vernos, aunque solo fuera cruzar nuestras miradas sin hablarnos. A los 15 años, un día 6 de enero, entre tu y yo nos comprometimos, sellando nuestro compromiso con un obsequio que nos entregamos el uno al otro y, durante siete años, primero a escondidas y luego con el consentimiento de nuestras familias, hemos llevado nuestro noviazgo con amor, respeto y fidelidad el uno hacia el otro. El día 7 de diciembre de 1980, en la parroquia de Río Caldo, acompañados de multitud de familiares y amigos, nos juramos amor eterno y lo hemos cumplido día a día, año a año, aumentando ese amor cada día, el cual Dios nos ha premiado con los dos maravillosos hijos que tenemos y que, a día de hoy, después de tu repentina partida de nuestro lado,son mi apoyo y la mitad de mi vida, pues la otra mitad te la has llevado tú, amor mio.

Dicen que hay un motivo y una explicación para todo cuanto nos ocurre en la vida, y aunque yo, a día de hoy no la encuentre, quiero creer que sea así, pues de no serlo tu partida de nuestro lado no tendría sentido. Me dicen que debo conformarme, pues nuestra vida no nos pertenece, y cuando Dios considera que personas como tú son necesarias a su lado, cierra ese ciclo de vida que nos es concedido cuando nacemos, y abre el siguiente en el más allá, donde personas de tu talante son necesarias. Quienes te conocemos sabemos todo el bien que has hecho mientras has estado entre nosotros, y rogamos y confiamos en que Dios te conceda ahí donde estás todo cuanto te mereces, que Dios sabe que es mucho.

Mientras, a nosotros, pobres mortales, sólo nos queda el consuelo de haber disfrutado de tanto amor como el que nos has dado a todos y, mientras esperamos esa llamada para reunirnos de nuevo contigo, te hago llegar mi carta, la cual escribo con muchísimo dolor por no verte ni escucharte cada día, pero el enorme amor que por ti siento y sentiré siempre, me permiten tenerte en mi corazón cada día.

Amor mío, esta humilde carta escrita por tu esposa trasmite todo el amor que por ti sentimos tu esposa, hijos, hermanos y demás familia que te llevamos eternamente en nuestros corazones. Te queremos, amor mío. Tu esposa.