Día 23, 20.15 horas, plaza de Pontevedra, taxi.
Dos personas de casi 90 y 84 años, con la ayuda de dos bastones y su hija.
Paramos un taxi y ven el cielo abierto, están a poco más de 10 metros de la parada... para ellos son más de 10 minutos caminando.
La razón de la sinrazón... o llamamos un taxi o tene- mos que acercarnos a esa parada que se nos antoja tan lejos.
El sentido común, un poco de humanidad, el respeto sagrado por nuestros mayores y a su dignidad. Si hay alguna norma que impida esto es tan injusta e inhumana como el taxista con el que nos cruzamos.