Cartas al director

El Trump, la cabra y el 12-O

¿Qué sensaciones se pueden sentir un grisáceo día de otoño? Pues eso, tristeza, melancolía, malas vibraciones y, en mi caso, también algo de morriña. Será debido a ese negativo estado de ánimo por el que, a la hora de escribir mis cuitas, no encontraba motivos para contar nada positivo. Y conforme mis neuronas se iban desperezando, pensaba en la que está cayendo en EE.UU. con el tal Trump y la Clinton enzarzados en una más que caliente campaña electoral, en la que ambos hablan más de cochinadas sexuales que de propuestas políticas concretas. Mientras tanto, muy cerca de la ciudad en la que vivo, se clausuraba el Salón Erótico de Barcelona, un lascivo evento por el que no tengo constancia que se dejara caer el impresentable Donald, en busca de alguna hembra asequible.

Días atrás trascendía la muerte de ‘Pepe’, la jubilada cabra de la Legión, que era inmediatamente reemplazada por su congénere ‘Miura’. Una noticia que me trasladaba a los excitantes tiempos en los que buscaba afanosamente historias insólitas en las planicies periurbanas del delta del Llobregat. Y, ¡por fin!, un día descubría a la entrañable cabra ‘China’, que no era una cabra cualquiera, sino la primera de la que se tenía noticia de que era una presunta ladrona; si bien jamás se pudo determinar que lo era, porque nunca había sido pillada ‘in fraganti’ por la poli, razón por la cual fue indultada para su reinserción social en el rebaño cabrío. Esta verídica historia, que está documentada en mi libro “K11: Estación clandestina”, la pasé en su día a la Agencia Efe en rigurosa exclusiva mundial.

Andanzas de chivas al margen, la actualidad de estos otoñales días me deparaba otras informaciones que, asimismo, me sorprendían, como es el asunto del Ayuntamiento de Badalona de convertir el festivo 12-O en día laborable, porque “no tenía nada que celebrar” (dicen que fue en Badalona donde desembarcó Colón a su regreso de América). Al final, no fue suficiente la intimidatoria denuncia interpuesta por María de los Llanos de Luna, la delegada del Gobierno en Cataluña de siderales apellidos, y las puertas del consistorio catalán permanecieron abiertas. Y en medio de esta polémica, metía baza mi amigo (“El Cínico”) para recordarme las connotaciones franquistas del Día de la Hispanidad (años atrás, además, ‘Día de la Raza’), al tiempo que calificaba a la citada delegada de “fiel centinela de las esencias patrias en tierra hostil de rojos e independentistas”. Y para evadirse de todo lo que está pasando, nada mejor que escuchar “Blowing in the wind” de Bob Dylan, flamante Premio Nobel de Literatura 2016.