En Italia han tomado una decisión drástica para combatir un grave problema: las ausencias injustificadas de funcionarios a su puesto de trabajo. Los empleados públicos que incurran en dicha falta serán fulminantemente despedidos, en un máximo de 48 horas.
Los italianos están hartos. Desgraciadamente, en España también lo estamos, aunque no se haya llegado a esa radical solución.
Los sistemas de control de acceso a las administraciones públicas son del todo ineficaces, ante estas estafas laborales. Por otro lado, todos conocemos casos de bajas médicas, concedidas “a la carta” por un médico, por petición del paciente. Es cierto que existe una inspección médica, pero siempre hay quien burla su control.
A los funcionarios se les descuenta dinero por la baja médica. A ello se llegó por el abuso reiterado de gente sin escrúpulos que se aprovechaba de la vulnerabilidad del sistema, en beneficio propio. Sin embargo, sigue habiendo verdaderos estrategas de la falsedad que, con sus artimañas, consiguen prolongar, innecesariamente, su situación de baja laboral, con el consecuente perjuicio a la administración y, por ende, a los compañeros, a los que se les sobrecarga con su propio trabajo y con el de los absentistas.
Es una lacra muy difícil de erradicar, puesto que está muy arraigada. Habrá que ver si en Italia les da resultado su nueva política laboral y si, una vez valorados los resultados, alguien plantea la posibilidad de aplicarla también en España.
