Cartas al director

Hay que cambiar el rumbo

Tenemos nuestro destino en encauzado por unos caminos que a la vista está nos llevarán hacia un mismo lugar, y ese lugar se puede entrever cuál va a ser, no es otro que el caos y el desmoronamiento de nuestro bienestar. No hace falta ser derrotero ni fatalista para ver que las recibimos a diestro y siniestro.

Se nos están juntando todas y no falta día en que a los problemas se nos sume alguno nuevo. Una de las últimas es el problema con el inmigrante senegalés que de su mala suerte de padecer un infarto los radicales han hecho arma para crear un revuelo que haber dónde para. Se pudo ver que muchas bandas de gente blanca embozados hasta los ojos se pusieron a amasar un altercado como los que hacen sistemáticamente los “aficionados” al fútbol. Asusta ver como la policía tiene que recular al ataque de los colonos que no dudan en causar daño destruyendo lo que encuentran a su paso. ¿Cómo se puede consentir semejantes actos? Esos son amigos de la camorra y deberían ser tratados como terroristas, o sea con mucha mano dura para enfriarles el vicio que se traen en su cuerpo. Pero es bueno recordar que parte de estos altercados ocurren porque saben que sus acciones tendrán eco en los medios y como a esos medios no les faltan ganas de “informar” de sus indeseables actos, el coctel está servido.

Si los manteros son ilegales ¿no habría que ponerles ya en la frontera junto con un sinfín de gente indeseable para sacar de raíz el problema antes de que se nos vaya de las manos la cosa? 

Si sacamos polvo del grano un buen alivio sentirá nuestra economía que nos sacaría de tener que estar debatiendo sobre las filigranas que habrá que hacer para que sea sostenible Al cabo del año son miles de millones que emigran hacia fuera sin retorno 

Estamos sangrando nuestra seguridad social por costearnos a millones de acoplados que no han aportado nada, y mucho menos bueno. Nuestra economía depende en buena medida del gasto que nos acarrean estos nuevos vecinos. Con otro par de toques como sacudirles la chaqueta a los morosos bancos, recuperar lo robado por los Puyol, Urdangarin y todos esos que todos sabemos, más ponerle un buen tapón a los corruptos y volveremos a tener nuestro velero enderezado, de sobras.