Cartas al director

No me sueltes nunca por favor, te amo. A Iria

Princesita, tanto que decir y yo sin palabras.

Allá donde estés, espero que no me dejes sola y puedas mandarme tus fuerzas para poder salir adelante.

Fueron tantos momentos juntas que me parece imposible no volver a tocarte ni sentirte.

Contigo te llevas una gran parte de mí y me dejas un vacío tan grande que nunca volverá a ser lo mismo.

Quiero recordarte con esa sonrisa y esa mirada inmersa y tan llena de vida que nos regalabas día tras día.

Perdóname por no haber llegado a tiempo, por no estar a tu lado en tu partida, pero supongo que así lo decidiste.

Perdóname si alguna  vez no supe estar a la altura, si no he conseguido ser la mejor tía que hayas podido tener, pero todo lo que pude hacer por ti, me sabe a poco.

Gracias por todo pequeña, y como te dije, te quiero con locura y siempre será así. 

Prometo que voy a cuidar de Aroa, del niño de tus ojos (Diego), y de tus queridas hermanas como si fueras tú misma la que lo hiciera, pero te  voy a necesitar conmigo.

Sé que estás orgullosa de ellos, y por eso te pido que les mandes muchas fuerzas siempre.

Me gustaría poder decirte tantas cosas... pero ya las sabes.

Hasta siempre mi niña. Te quiero.