Cartas al director

Las amargas despedidas

Las despedidas siempre son amargas. Nunca sabes cuándo va a llegar el momento de decir adiós a alguien a quien quieres y aunque intentes hacerte a la idea de que nunca más vas a volver a ver a esa persona especial, no puedes prepararte. 

Saber que nunca más vas a poder abrazarle, besarle, preguntarle cualquier cosa y decirle que le amas es una de las cosas más duras que he vivido. Perdí a alguien, después de dos años luchando contra una de las peores enfermedades que existen, le cuide, le dije que le quería, le daba besos a todas horas, pero nunca es suficiente, siempre se necesita más.

Tiempo. Dicen que el tiempo todo lo cura y es verdad. El dolor se desvanece poco a poco y se lleva la culpa que sientes por no haber hecho más y recuerdas los buenos momentos, los días de playa, las aventuras y su sonrisa, que un día aparece en tu mente y parece que aún siga aquí, a tu lado, recordándote que te queda mucho por vivir.