Cartas al director

La comunicación necesaria

En nuestra sociedad suceden a veces cosas tan contradictorias como la incomuicación de los partidos con la sociedad. No es una obviedad señalar la vitalidad de dicha comunicación como una de las características propias de un partido cohesionado y realmente representativo de la sociedad a quien dice representar.
La necesaria comunicación en el interior de los partidos y de los partidos con el resto de la sociedad no se debe sólo al oportunismo político, sino al derecho que los ciudadanos y los militantes tienen de estar informados y participar de forma efectiva en la toma de decisiones. Los partidos burocráticos pudieron ser efectivos en otro tiempo, hoy simplemente son una antigualla. La idea de que la vitalidad política de un partido no depende sólo del “instinto” de rebelión, sino que es deudor de otros, del vínculo afectivo con personas realmente existentes, o sea, de los lazos sentimentales que aproximan a los miembros marginados y a quienes sin estarlo se sienten solidarios con el proyecto.


Para entrar hoy en la actividad de los partidos políticos, hace falta, además de conciencia social, afición a la memoria histórica, una cierta sensibilidad sentimental y un poco de espíritu compasivo, de piedad ante la explotación del hombre por el hombre. Cosas que cotizan a la baja en el mercado de valores, pero que sólo adquiriran viegencia y fuerza a través de la comunicación inteligente.
Sólo un partido político que se ofrece a los otros como parte orgánica de un ideal y de una entidad colectiva, y que cumple con su práctica esta promesa, se le puede ocurrir la idea de que el partido puede ser un instrumento de emancipación liberadora de la explotación, y presentarse como  “intelectual colectivo”, en el que el militante y simpatizante queda convertido en pensamiento productivo, en intelectual que produce junto con otros la transformación social.
El conflicto en  los partidos políticos entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad es una cruz que los responsables han de cargar necesariamente en una sociedad dividida. Algún  día la moral y la política harán un todo al desembocar la política en la moral. Porque los miembros de un partido cohesionado a través de la comunicación no es ninguna isla, forma con los otros un continente: los que luchan por la igualdad de oportunidades.