Cartas al director

Un esfuerzo poco reconocido

 " Con frecuencia veo en los medios de comunicación el esfuerzo que los profesores del Campus Universitario de Ourense están llevando a cabo para que su trabajo de docencia e investigación ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad y sea reconocido como tal. Los comienzos, en todas las áreas de la actividad humana, sueles llevar aparejadas ciertas dificultades. No son ajenas al espíritu universitario
Crear una Universidad, además del reconocimiento legal para otorgar títulos, exige desarrollar el espíritu universitario, nada fácil de conseguir. El espíritu universitario requiere, entre otras cosas, pasión razonada por la verdad científica. El segundo aspecto es la superación del maquievalismo (la doble verdad) por el trabajo docente y de investigación riguroso y solidario. En tercer lugar, el diálogo entre el imperativo categórico en el contexto de una discusión sobre irrealismo y relativismo ético.
La verdad debe ser respetada, por todos, independientemente de las consecuencias que tal respeto pueda traer. La búsqueda de la verdad y la aspiración a la veracidad en el quehacer universitario deben ser congruentes con la explicitación de las propias convicciones, y éstas deben hallar en su propia lógica la justificación de los hombres y mujeres con convicciones que creen necesario llevar a cabo. La mentira y la falsificación solo producen castillos en el aire que otras mentiras y otras falsificaciones harán decaer. Decir la verdad y extenderla, a través de una extensión universitaria rigurosa, es consustancial al espíritu universitario. No puede haber una actividad universitaria permanente que no se sostenga en determinados principios éticos compartidos. Son estos principios los que dan compacidad interna y homogeneidad para alcanzar el fin. Ahí radica la distinción entre mafia y espíritu universitario comprometido con el progreso sostenible y solidario.