Cartas al director

Necesidad de 
referentes

Una de las estrategias de la “modernidad” sin modernización en la que vivimos es la eliminación de la necesidad de observar los referentes. Hasta ahora se había urgido el estudio de la historia de personas importantes para crear la propia identidad.

La vulnerabilidad humana se debe fundamentalmente al hecho de que la vida de las personas necesita de bienes relacionales, objetos exteriores, de otros sujetos. Es un aspecto del proceso de la educación

Algunos, en una actitud infantil, quieren partir de cero y quemar la historia. Siempre lo que ha sido estará, a veces de forma larvada, en una lucha permanente para crear su identidad. La determinación de nuestra capacidad real tiene lugar necesariamente en contextos compartidos con otros, en los que se nos proporciona la perspectiva a partir de la cual pueden ser aceptados o modificados. Toda autodeterminación tiene un significado de contraste: se lleva a cabo en relación y como respuesta a determinaciones que se han adoptado del medio social y cultural constituidos como referentes.

La amnesia social puede adoptar diversas formas. Puede consistir en el rechazo liso y llamo de las experiencias o en una aceptación selectiva del pasado. En todo caso, es preciso desarrollar el espíritu crítico para construir una nueva cultura de la memoria de los referentes. Tratamos de cultivar la memoria de los que nos precedieron al constituirlos en referentes imitables y actualizamos aquello que puede enriquecer nuestra identidad.

La cultura trata de la tarea de hacer las cosas diferentes a como son. El futuro, diferente del pasado. La creación de acciones realmente nuevas que las hace distintas de las demás, enriquecida con la aportación de los referentes. Decir cultura es intentar dar cuenta del hecho de conformación de la identidad a partir de referentes psicológicos, sociales y morales, todavía sin consumar.

A medida que pasa el tiempo, si se quiere mantener el espíritu crítico de progreso, resulta inevitable el cambio de centro de interés y de las proposiciones. Esto, sin embargo, no debe suponer una voladura de los referentes y sustituirlos si fuera necesario, sin que ello implique la voladura indiscriminada del pasado. El pasado sigue vivo mientras se le recuerde de forma crítica.