Cartas al director

El Valle de una 
nueva esperanza

Dirijo esta carta a todos los estamentos: políticos, financieros, monárquicos, históricos, religiosos, artísticos, culturales y militares de la nación española relacionados con el Valle de los Caídos, para que si fuéramos capaces aunáramos nuestros esfuerzos para conseguir que ese lugar sea, algún día, un lugar de vida, alegría, paz, concordia, diálogo, oración, reflexión y entendimiento para todos los españoles y para todas las personas del mundo que visiten dicho lugar.

Es una pena como tantas cosas que suceden en España que este lugar este anclado en la memoria de las dos Españas y no en la España de la verdadera paz, de la verdadera libertad y del verdadero progreso. Un lugar que sea considerado como patrimonio de todos los españoles.

Y para ello propongo en primer lugar que se retiren los restos mortales de todos. De todos los difuntos que allí reposan, sean del signo político que sean, y que ese lugar se abra a la esperanza de un mundo realmente mejor en donde florezca la unidad, la paz y todos los auténticos valores que dan sentido a la vida.

Los españoles seguimos buscando entre los muertos de nuestra historia pasada nuestro futuro y lo que estamos encontrando es todo tipo de crisis: económica, crisis religiosas, de identidad, crisis democráticas, y crisis de paz y libertad.

Es por ello, por lo que considero muy importante convertir este bello y grandioso Valle, llamado desacertadamente de los Caídos, en el Valle de la Vida, en el Valle en el que un manantial de aguas cristalinas y puras lo riegue todo y lo convierta en un vergel: “El esperanzado vergel de la España que todos anhelamos”.

Y a los muertos que allí reposan actualmente se les debe buscar un digno lugar para que aquellos que lo deseen puedan mostrar sus oraciones, su respeto y admiración.