Cartas al director

Tenemos que despertar

Hace unos días se publicó una noticia cuyo titular decía: “una mujer de 65 años se suicida en Madrid cuando iba a ser desahuciada” Cuando lo lees algo se revuelve en tú interior y no entiendes como puede llegar a pasar esto.

Reflexionando, te preguntas ¿no será, en parte, como consecuencia de la situación de precariedad en la que estamos instalados? De hecho, según el informe realizado por EAPN, en España, cerca de 13 millones de españoles se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. 

Las personas que viven en hogares con niños tienen tasas de exclusión muy superiores y son las mujeres las que se encuentran en mayor proporción en vulnerabilidad laboral (58%).

Obviamente, está claro que estos datos hacen intuir que algo tienen que ver con extremas situaciones, como la comentada, aún a pesar de que algunos lo pongan en duda. Como dice Carlos Susías “estas personas son “invisibles” “.

La actual situación política tampoco ayuda a que estos graves problemas desaparezcan. Es más, hay algunos expertos que dicen que estamos viviendo un momento muy triste porque la clase política está muy desprestigiada y, además, da la impresión de que cada uno va a lo suyo. Es decir, buscan lo que lo diferencia a uno del otro y son incapaces de aceptar lo que proponga el contrario aunque sea bueno para los ciudadanos; tienen que decir que no porque están en la oposición.

No sé si a ellos, a los políticos, las noticias como la que hemos comentado les afecta en su fuero interno, pero lo que sí es obvio es que la situación se ha tornado en insostenible y, por lo tanto, tienen la obligación de colaborar y ponerse de acuerdo para adoptar y aprobar medidas que eviten estas situaciones.

Nosotros, que a mi modo de ver, estamos “dormidos”, tenemos que salir a la calle a manifestar nuestro total desacuerdo con lo que tenemos y, además, estamos obligados a exigir a nuestros dirigentes que esta “situación insostenible” no se prolongue más en el tiempo. Las condiciones laborables tienen que cambiar. 

Los sindicatos tienen que movilizarse y contribuir a que las situaciones de precariedad laboral desparezcan. Háganlo ya, movilícense y movilícennos, tenemos que salir del letargo.

Ya sé que es repetitivo, pero la precariedad nos impide el acceso a una vivienda, a una educación digna y a unos servicios públicos de calidad.

“La respuesta más rápida es la acción”. (Proverbio americano).