A día de hoy, podemos afirmar que el que no está informado es porque no quiere. Si bien es cierto que los medios de comunicación suelen seguir una línea editorial marcada por sus ideologías políticas, el ciudadano de a pie tiene a su alcance todo lo necesario para contrastar la información que recibe.
Sin embargo, ahora que internet nos ha dado el control de la información que recibimos, en vez de buscar su optimización, hemos optado por intentar abarcar el mayor número de datos posible ignorando la calidad de estos y acomodándolos a nuestros ideales.
Esto está provocando una fragmentación de la sociedad. Hemos dejado de escuchar la diferencia de opiniones y ahora nos dedicamos a auto-complacernos dejando llegar solo la información que se ajusta a nuestra realidad, mientras despreciamos y marginamos cualquier dato que no esté acorde a nuestros pensamientos.
Y esta actitud nos convierte en ignorantes, porque nos creemos amos de la verdad absoluta cuando no somos capaces de ver la realidad desde diferentes puntos de vista, teniendo a nuestro alcance todas las herramientas necesarias para descubrir la verdad.
