Cartas al director

Siguiendo el curso

La educación de los niños es un reto diario que requiere amor y exigencia, dedicación y paciencia. Pero esto que parece fácil, no lo es tanto cuando hay que armonizar trabajo y familia. Así, algunas veces la falta de tiempo hace a los padres ser demasiado permisivos, y casi, casi es el niño quien manda, lo que lleva a que en el colegio sea difícil ejercer la autoridad.

En la situación actual, es preciso recordar a los padres que aunque el colegio ha recibido el encargo de colaborar en la educación, ellos son los auténticos protagonistas. La educación la tiene que dar la familia; al colegio le corresponde la instrucción y los conocimientos. Para que el crecimiento del alumno sea el correcto y deseable, ambos, colegio y familia, deben ir a una, compartiendo el proyecto educativo. No se puede olvidar que se enseña con el ejemplo, con el cariño y la comprensión, con los hábitos y las virtudes, siempre respetando la personalidad de cada uno, pero siempre con equilibrio y control. Tener presente que muchas rabietas o inadapataciones tienen su origen en la educación primera, mientras que la madurez es el fruto, generalmente, de una guía moderada, prudente y fuerte. No se puede olvidar nunca en la educación, que es la preparación para la vida, y ¿cómo queremos que sea?