Cartas al director

De chinos, unas termas y un alcalde

Como si de una novela de aventuras se tratase, como si a un viaje exótico me remitiesen, me encuentro estos días en prensa a nuestro Excelentísimo Sr Alcalde, D. Jesús Vázquez (y amplio séquito por supuesto, cuyo número, como buen cotilla que soy, me gustaría y ardo en deseos de conocer), viajando y disfrutando por tierras nada más y nada menos que del continente asiático, esto es, China, sí… esas mismas, a miles y miles de kilómetros. Y hete aquí que vendiendo, promocionado, según el ínclito,  lo excelso, maravilloso, impresionante y asombroso, de nuestro denominado “turismo termal”.

No solo queda ahí la cosa, pues, como buenos escuderos, o como diría el preceptivo entrenado “todos a una, somos un equipo, uno para todos y todos para una”, desde estas pobres tierras, tanto el Sr. Manuel Baltar, excelso presidente de la insigne Diputación de Ourense por herencia diría algún mal pensado, adquirida, así como el paladín D. Rosendo Fernández, vicepresidente de igual insigne institución, y defensor a ultranza de su señor presidente, son altavoces que nos venden (coincidiendo con la ruta turística de nuestro excelso alcalde), nos regalan los oídos con las maravillas de nuestro turismo termal, nuestras aguas, nuestras termas, nuestro hábitat termal, etc.

Si un ciudadano, vecino, o sencillamente  cualquier interesado, desea   comprobar la situación real de las termas en Ourense, del tan proclamado turismo termal, no tiene más que darse un paseo, bien en vehículo, y comprobar los accesos (suerte tiene de conocerlos, ya que si foráneo es, difícilmente va a encontrarlas, aparte de sumarle las calamidades para el preceptivo aparcamiento y llegada). Una vez en ellas, tenemos varias opciones: “O Muiño”, entorno precioso, increíble, pero en eso se queda, pues la limpieza de las mismas, así como del  entorno, es nula, inexistente, así como el personal al cuidado del mismo (algo que es obvio y no merece ser ya mencionado), es decir fuera de funcionamiento. Nos vamos, en segunda opción, a las de Outariz… situación ídem de ídem, entorno envidiable, y en eso se queda, con eso nos conformaremos. Mantenimiento inexistente, en funcionamiento encontraremos dos a lo sumo tres, y en cuanto a la temperatura y control de las mismas, mejor cada usuario comprarse un termómetro, de piscina y en forma de pato, para mantener la sonrisa, antes que derivar en otro tipo  de actitudes (desasosiego, enfado, enconamiento, etc). De la limpieza de las mismas, su entorno, mejor tirar de paciencia, o colocar en uno de los muchos arbustos existentes uno de los carteles tan en boga en el rural de esta nuestra querida Galicia: “Se realizan desbroces, teléfono...”, pues tal vez así, nuestro Excelentísimo Sr. Alcalde, cuando aterrice de su tour por  China, tenga alguna idea de cómo mantener un paraje turístico en condiciones de ser visitado.

Ante todo este panorama, me pregunto, ¿estará el Sr Alcalde y su séquito, promocionando el turismo termal, pero no el público, sino más bien el privado, sí, ese mismo, el de “pasar por caja, el de pagar”, a costa del erario?, ¿cuánto supone a nuestro bolsillo estos viajes de placer de nuestro regidor, compañía y séquito, por esos exóticos y lejanos países, a efectos de  publicitar este turismo, que parece destinado a estos centros privados?

Me pregunto qué pensará el chino que aparezca o caiga por aquí (si alguno surge, o comete tal locura), y se presente, en las Termas del Muiño, en las de Outariz... ¿broma, fiasco, engaño, o sencillamente un mal sueño, un cuento más de un alcalde, un presidente de Diputación, un vicepresidente de Diputación, etc)?

Cierro el periódico, y reconozco que algo ha conseguido  nuestro Sr. Alcalde, con su viaje, su tour:  me voy a cenar a un chino.