El nutricionista y escritor, además de colaborador de La Región, Miguel Mosquera Paans acaba de publicar su última obra, "Las plantas medicinales de tu jardín", una guía práctica de la botica natural que pretende ser un manual para usar adecuadamente cada planta.
El nutricionista y escritor, además de colaborador de La Región, Miguel Mosquera Paans acaba de publicar su última obra, "Las plantas medicinales de tu jardín", una guía práctica de la botica natural que pretende ser un manual para usar adecuadamente cada planta.
¿Parece que hay un regreso a la medicina natural?
Sí, es cierto. En los últimos años parece haberse llegado a un consenso en torno a la idea de que lo más importante es el bienestar del paciente. De ahí que haya determinadas universidades españolas que ya anuncian que comenzarán a impartir enseñanzas de distintas asignaturas de medicina natural. Aunque hace tres o cuatro años hubo un enfrentamiento entre algunos colegios médicos y las universidades por este tema. En todo caso, la diferencia que puede haber entre el ácido acetilsalicílico en tableta y el que compres en una parafarmacia es que uno es la aspirina y el otro es directamente la corteza del sauce, pero lo cierto es que ambos tienen exactamente el mismo efecto.
¿Cuáles son las plantas adecuadas para uno de los males de nuestros siglo, el estrés?
Pues las más utilizadas son la valeriana, la tila o la pasiflora, que te permiten estar más tranquilo y dormir mejor. En el caso de la valeriana, incluso no afecta a la conducción o el manejo de maquinaria peligrosa; no es limitante en ese aspecto.
¿A quién va dirigido el libro?
Quiero aclarar que este libro no sustituye al facultativo, ofrece una opción más para escoger el método curativo. Esta guía de plantas naturales y sus aplicaciones como remedio para diversas patologías, faltaba. Además, son plantas que se pueden encontrar en cualquier jardín de Ourense.
¿Esta medicina natural es la de toda la vida?
Antes de la aparición de los medicamentos de síntesis, los remedios que habían eran las plantas y los minerales. Después llegó Paracelso y aplicó el cartesianismo al uso de esas plantas medicinales.
¿Cómo era esa medicina?
Hasta el siglo XVII, cuando una persona enfermaba se llamaba al físico, y éste no miraba para el paciente, miraba el horóscopo del paciente y a partir de ahí decidía lo que hacía. Había un manual del XVII que contemplaba a la persona enferma no como víctima de una disfunción orgánica, sino de una posesión demoniaca. Si el enfermo respiraba con dificultad, había que administrarle algo lo suficientemente repugnante para que el espíritu se sintiese incómodo y abandonase el cuerpo, así que se le aplicaba posta de vaca en el pecho, que producía broncodilatación y eso permitía al enfermo respirar. Afortunadamente se ha evolucionado.
