ENOLOGÍA

1.333 botellas de un Ribeiro que rompe moldes

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Camila Jade es un vino elaborado con una selección de las mejores uvas, en el mejor momento de madurez

La vendimia que está a pocas semanas de siu inicio será la quinta que lleven a cabo los dos socios, Alex y José, desde que fundaron Quinta do Rebolo, con la cosecha de 2014. El viñedo, que comenzó con cinco hectáreas repartidas entre Xubín y Barral, a ambos lados del Miño, es ahora de siete, y tienen también una finca en Vieite, a caballo entre Beade y Leiro. Si hay un rasgo característico en esta pequeña bodega de colleiteiros es su preferencia por los monovarietales. Los que llevan como marca el nombre de la bodega lo son de Treixadura, Godello y Mencía. 

Pero el cuarto vino de su catálogo llegó para romper moldes. Sonaría sensiblero si dijese que es la niña mimada de la bodega, pero la realidad es que la marca, Camila Jade, es precisamente en homenaje a la hija de uno de los dos colleiteiros, Alex. Y este homenaje está a la altura que él le profesa porque se trata de una tirada muy pequeña de un vino realmente singular tanto por la elaboración  como por el ensamblaje de las variedades. No encontraremos otro igual en todo el Ribeiro y dudo mucho que en el resto del mundo.

Camila Jade es un vino elaborado con una selección de las mejores uvas, en el mejor momento de madurez. Se fermentan por separado, el Godello, que representa el 50 por ciento del ensamblaje, la Treixadura y el Albariño, que, conjuntamente suman el cincuenta por ciento restante. Luego pasa 9 meses de crianza con sus lías finas en barrica de roble francés con batonnage periódico y termina durante año y medio de redondeo en depósito de acero antes de su embotellado.

Hasta ahora solo elaboraron vino con las cosechas de 2015 y 2016, esta última todavía se encuentra en depósito. En 2018, posiblemente, si la cosa no se tuerce de aquí a la vendimia, volverán a elaborarlo

El resultado es un vino que conserva las características esenciales de las tres variedades que lo conforman, pero con un interesante grado de madurez que las vuelve más sutiles. No hay explosiones de aromas ni de sabores, pero sí un equilibrio, estructura, una serenidad que le permiten enfrentarse a una comida compleja y demostrar su carácter sobresaliente.

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