VERANO

Un "after work" sin cañas ni tapas por Ourense

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photo_camera De la Lonia, a las Ninfas, pasando por el Barbaña y Mariñamansa hasta llegar a Cachamuiña.

Las terrazas no son el único atractivo que tiene Ourense para disfrutar al salir del trabajo. La naturaleza es muy demandada 

Con el verano, el deseo de tener el mayor tiempo libre posible para aprovechar esa luz solar que alarga el día aumenta. Sin embargo, el trabajo es un impedimento por el cual, las cañas, el pádel, el fútbol o el "running" se cancelan o se posponen para el fin de semana. Si la rutina provoca cansancio, una solución sencilla es optar por acudir a las zonas acondicionadas y dar un paseo, practicar deporte en bici, pescar, tirarse en el césped a leer o darse unos arrumacos con un compañero de viaje. Todo vale para terminar el día con calma,  huyendo del agobio y el ruido de las terrazas del centro de Ourense. 

>Embalse de Cachamuiña

Situado a las afueras de la ciudad, en un enclave donde la naturaleza y el factor humano se unen, el embalse de Cachamuiña es un remanso de paz durante todo su recinto. Sus paseos permiten despejarse después de una dura jornada de trabajo, ya sea caminando, corriendo o en bicicleta. Durante un paseo por la zona, la oferta de opciones es muy variopinta. Desde personas acostadas en una toalla leyendo el libro, jóvenes sentados en un césped o alguna pareja interesándose qué tal le ha ido el día y esperando a que el sol baje para poder presumir de puesta de sol en sus redes sociales. 

>Paseo de las Ninfas.

Es la zona con más kilómetros para disfrutar del final del día con un poco de deporte. Desde el Pabellón de Os Remedios hasta Outariz, es un enclave ideal para desestrarse corriendo un poco o simplemente paseando al lado del río Miño. Quince kilómetros en los que las zonas termales son un reclamo no solo turístico, sino local. Además,¿quién no ha ido a las termas de Outariz, del Muíño da Veiga o de la Chavasqueira de noche? Un lujo gratuito que los ourensanos aprovechan cuando pueden. 

>Paseo de la Lonia

Es más corto que el Paseo de las Ninfas pero tiene en el mirador de Velle uno de los atardeceres más accesibles de la ciudad. Cae la noche y es una imagen impagable. 
Tranquilo, calmado y sombrío, para que los últimos rayos de sol no sean molestos cuando se está apagando el día. 

>Paseo de Barbaña

Asfaltada y cuidada. Esta ruta es una de las más utilizadas para pasear porque no hay tantos corredores ni "bikers". La mayoría de usuarios son paseantes y acaban en el Parque de los Patos, donde se puede dar de comer a los animales o desestresarse con la paz que se respira.

>Paseo de Mariñamansa

Desde el Polvorín hasta el Paco Paz, o viceversa. Es una zona cercana en la que se ven parejas paseando a sus perros, corredores que hacen varias vueltas a la ruta o disfrutando de las horas juntos sentados en un banco. Céntrica y ¡ya no hay mosquitos!

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