Un agradecimiento sentido

Había amanecido un maravilloso día de mayo, limpio, tremendamente soleado, y rápidamente todo se truncó y como un cuchillo nos sesgó el aliento. La peor noticia que unos padres pueden recibir, que a tu hijo se le va la vida en un suspiro y que no puedes hacer nada.
Entró en quirófano con un hilo de vida, con una situación neurológica muy complicada, muchas horas de operación, una espera desesperante pese al apoyo de la familia y a la de sus compañeros y amigos.

Las noticias no son buenas, pero tenemos que esperar, todo se complica, la presión intracraneal se dispara y de nuevo hay que intervenir prácticamente a ciegas. Fueron muchas horas, la noche se echó encima, más desesperante todavía.

De nuevo malas noticias, con un pronóstico vital prácticamente nulo, y casi sin esperanzas de sobrevivir a esa misma noche, pero al mismo tiempo las personas responsables de los distintos equipos que en esas pocas horas resolvieron el destino de mi hijo nos dieron apoyo y aliento para que no decayéramos en la esperanza. Pasó esa noche, las constantes se mantienen, pasa otra y así hasta 42 días en coma y más de 70 en la unidad de cuidados intensivos.

Cada día nuevo era una esperanza, pese a que permanentemente había pequeños y grandes tropiezos, siempre con grave riesgo para la vida de Miguel.

Han pasado más de dos años de lucha permanente para tratar de conseguir una ‘normalidad’ que pueda ser compatible con una vida digna. Y entre todos así se ha conseguido.

Si, digo entre todos, porque quiero aprovechar esta oportunidad para recordar el esfuerzo, valentía, valía, dedicación, profesionalidad, esmero, amistad, cariño, compañerismo..., que han conseguido que mi hijo vuelva a tener una vida y un futuro.

Los padres y familia porque tenemos que darlo todo y nunca debemos perder la esperanza. Los amigos y compañeros porque siempre estuvieron pendientes de él. Y sin duda ninguna al equipo sanitario del CHOU (Complexo Hospitalario de Ourense) que, con un tremendo esfuerzo y dedicación personalizando (porque así debe ser), para que se haga extensivo al personal de UCI y al Servicio de Neurocirugía con la doctora Ana Pastor Zapata en primera persona.

Te puede interesar
Más en Cartas al director