VALDEORRAS

El agro de Manzaneda revive alquilando los sotos y viñedos

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photo_camera Recogida de castañas en un soto de la cooperativa Amarelante, en Manzaneda.

Una cooperativa de producción de castañas arrienda terrenos que están semiabandonados

La recuperación de sotos de castaños y viñas en situación de abandono revitaliza la actividad agrícola de Manzaneda. "Estamos recuperando sotos semiabandonados de xente maior. A castaña é unha inxección importante á economía", comentó el alcalde y socio de Amarelante Sociedad Cooperativa Galega, Félix Domínguez Cortiñas. Las fincas son alquiladas por las cinco familias que impulsaron la sociedad, que ya trabajan 8 hectáreas de terreno, recogiendo el fruto de casi 600 castaños.

Los datos fueron facilitados por Sonia Couso, secretaria de la cooperativa. También comentó que la producción es de aproximadamente 15.000 kilos y que no solo trabajan con la castaña de los sotos arrendados sino que también compran a otros productores de la zona. Siempre con un principio como referente: "Recollemos e compramos castaña a precio xusto e estabilizamos o prezo durante a campaña. É un fruto moi caro que se está malvendendo", explicó otro socio de Amarelante, Aurelio Prado. "Pretendemos a dignificación do sector, un cambio de mentalidade", añadió.

Todos los socios trabajan en la cooperativa, que generó dos empleos durante todo el año, a los que se añaden media decena durante los dos meses que dura la campaña de recogida de la castaña o "castañal". La generación de empleo no es el único beneficio arrancado de fincas que hace tan solo unos meses estaban abandonadas. "Necesitamos outros servicios, como o de transporte, entre outros, e procuramos que sexan locais", puntualizó Sonia Couso.

La cooperativa elabora desde castaña seca y harina hasta cáscara para pienso, aunque pronto podrían sumarse otros artículos. Dependerá de los resultados que ofrezcan los proyectos de investigación con los que está trabajando la sociedad y que están orientados hacia la plantación de otras especies en los sotos.

Toda esta actividad tiene su repercusión en la economía municipal y también contribuye a fijar población en un concello de 947 habitantes, que en 2012 superaba la barrera del millar: 1.001. Además, la recuperación de los sotos en situación de abandono tiene otros beneficios y entre ellos destaca su contribución a evitar que los árboles sean pasto de las llamas, el destino al que están condenados si nadie los trabaja.

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