El Concello oferta gratis el pueblo de A Barca, a cambio de desarrollar un proyecto turístico que favorezca al municipio

Una aldea de Cortegada despierta el interés de 890 personas en internet

Imagen de la aldea de A Barca, en un estado muy deteriorado. Está abandonada desde hace años y busca un inversor que la rehabilite. (Foto: J. PAZ)
'Se cede aldea en Ourense, a negociar y reformar'. Con este anuncio se promociona en internet el núcleo de A Barca, una pequeña aldea del Concello de Cortegada abandonada a raíz de la construcción del embalse de Frieira. Con 12 casas y una finca de 15.000 metros cuadrados, la aldea, con valor etnográfico, aspira a convertirse en centro turístico a través de su rehabilitación como pueblo ambiental u otro tipo de establecimiento hotelero.
Pero la peculiaridad es que se negocia su cesión al precio de cero euros (sólo se cobrarían los honorarios de gestión), por lo que el portal inmobiliario cuya venta promueve recibió ya ofertas de 890 interesados en hacerse con el etnográfico lugar aunque la inmensa mayoría de las propuestas se escapan al fin para el que la cede el Concello. 'Agora estamos en negociacións cunha empresa de turismo, pero aínda temos que facer unhas xestións con Fenosa (que la entregó al municipio a principios de año)', explica el alcalde de Cortegada, Avelino de Francisco. Un resort de lujo y una clínica especializada son sólo algunas de las ofertas de futuro con las que se podría topar A Barca.

Independientemente de cómo acaben las negociaciones, el paso de A Barca por la inmobiliaria puede considerarse un gran éxito, nada menos que cerca de 900 ofertas a traídas, sin duda, por el precio y, cuando menos, muchas son muy variopintas: desde la instalación de una comuna hippy a un centro de fabricación de quesos o un complejo de meditación, a todas luces inviables para el Concello. 'Que valgan la pena, sólo hay tres propuestas, explica Rafael Canales, director de la empresa aldeasabandonadas.com, una web especializada en la venta de pueblos vacíos, pazos y casas rurales.

No obstante, este pequeño pueblo de Cortegada no es el único de la provincia que busca salir del olvido. Sólo esta inmobiliaria recoge otras cuatro ofertas del mismo tipo en los concellos de Amoeiro y Cea, y en la comarca de Trives, donde también se vende un pueblo que incluso tiene un pequeño cine y cuya ubicación concreta se guarda celosamente para evitar actos vandálicos, el robo de bienes valiosos del lugar y, evidentemente, que los posibles interesados conozcan el lugar e intenten negociar la compra por su cuenta.

La última estadística detectó 272 pueblos sin un solo vecino
El Instituto Nacional de Estadística cifraba el año pasado (no hay datos aún de 2013) en 272 el número de aldeas abandonadas en la provincia de Ourense, casi todas en lugares aislados, donde la población desapareció a medida que fallecían sus vecinos, siempre pensionistas y, sobre todo, ancianos. Los nuevos modos de vida, alejados casi siempre del medio rural, y la búsqueda de posibilidades de futuro en las ciudades o en las cabeceras de comarca, aboca al paulatino abandono de los pueblos, comenzando por los que están más aislados, con peores accesos y que, por lo tanto, provocaron ya en su día la 'huida' de sus habitantes, por lo menos de los que estaban en edad de trabajar.
El despoblamiento de los pueblos y parroquias de los concellos es una estadística que varía casi a diario, por lo que es muy difícil establecer un número que, al cabo de pocos meses, no sea obligado modificar.
Además de esa cifra de 272, el año pasado había otros 172 con un único habitante, repartidos también por toda la provincia, más en municipios de montaña o alejados de las villas y de las principales vías de comunicación.
El concello más castigado en lo que a pueblos abandonados en su territorio se refiere es, según los mismos datos del Instituto Nacional de Estadística, Castro Caldelas. Tiene 22 pueblos en los que no queda ya ningún vecino, mientras que hay otros 89 que no llegan a 10 residentes. Gomesende cuenta 16 núcleos abandonados, en O Bolo llegan a la decena -uno de los más peculiares es el de Acebeda, objeto de visitas en una ruta improvisada de senderismo que permite ver su impresionante paisaje- y hasta en O Carballiño, capital de toda una comarca, hay 14 aldeas sin vecinos.

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