Las palomas en las ciudades se han convertido en una auténtica plaga que termina ensuciándolo todo, principalmente en los lugares en los que se asientan o anidan. Sin embargo, hay personas que, quizás pensando que hacen una gran labor social, se dedican a echarles migas de pan, dejando al mismo tiempo la bolsa tirada por los jardines, como ocurre en este caso en la calle Teluro, detrás de la plaza de San Antonio.