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¿Alimentos con o sin gluten?

Dibujo
photo_camera Alimentos sin gluten encima de una mesa.

No existen evidencias de que una dieta sin gluten sea más saludable

En los últimos tiempos se observan entre los consumidores dos tendencias muy dispares, por un lado hay una mayor demanda de alimentos a los que se les adicionan diferentes sustancias que  afectan beneficiosamente a una o varias funciones del organismo (alimentos funcionales) y por otra parte, se buscan los “alimentos sin” que son los que se les ha eliminado alguna sustancia como el gluten, lactosa… etc. 

Estos “alimentos sin” se han diseñado para cubrir las necesidades de un colectivo de personas que presentan intolerancia a determinadas sustancias y que al ingerirlas pueden provocarles efectos adversos para su salud. En algunos casos estos alimentos “sin” están siendo incorporados en la dieta de personas sanas bajo la falsa creencia de que son más saludables que los alimentos sin modificar, e incluso se les atribuyen algunos efectos beneficiosos de los que en realidad carecen.

ALIMENTOS SIN GLUTEN

Un claro ejemplo son los “alimentos sin gluten” que han incrementado su mercado de manera importante en los últimos años. En España el registro de nuevos productos sin gluten ha aumentado desde el año 2009 en un 1.500 % y se prevé que en el año 2020 se llegue a una cifra de mercado de 53,5 millones de euros. (Martinez R. Bio Eco Actual 2017).

Conviene recordar que los “alimentos sin gluten” están diseñados especialmente para aquellas personas que presentan una intolerancia crónica y que no pueden ingerirlo, por lo que en su composición se han evitado los cereales que contienen gluten (que es una mezcla de dos proteínas, gliadina y glutenina) y que está presente en algunos cereales como el trigo, cebada, centeno y en menor proporción en la avena. Esta intolerancia al gluten está reconocida como una enfermedad autoinmune que se denomina celiaquía y se caracteriza por una reacción inflamatoria en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de los nutrientes.

Según la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), en España hay alrededor de medio millón de personas diagnosticadas de enfermedad celiaca, lo que representa algo más del 1% de la población, pero la incidencia de la enfermedad aumenta un 15% cada año. Además, la FACE estima que aunque no todos son diagnosticados como intolerantes, un 6% de la población es sensible al gluten.

Dado el número creciente de personas que son intolerantes o sensibles al gluten, la industria alimentaria ha respondido a la demanda de este colectivo de consumidores, incrementando la oferta de “alimentos sin gluten”, lo que supuso un enorme beneficio para este colectivo que ahora dispone de un mayor número de productos.

Pero según los datos del informe Packed Facts (2014), en los últimos años el aumento en la demanda no viene solo de este colectivo, ya que se observó que con el tiempo, la etiqueta “sin gluten” está actuando como un reclamo para el consumidor en general, que no solo los percibe como productos más saludables sino que además, los concibe como productos de calidad superior. Se estima que en España el 83% de los ciudadanos consume alguno de estos  productos al menos una vez por semana.

Conviene resaltar que el gluten solo es perjudicial para las personas que presentan una cierta sensibilidad a esta sustancia, y que por tanto deben de eliminarlo de su dieta, pero no parece justificado que personas no intolerantes adopten una dieta exenta de gluten, ya que no está demostrado que exista ningún beneficio y por el contrario hay diversos motivos que la desaconsejan: 

1. Motivos económicos: la dieta sin gluten es más cara que la dieta básica. Según los datos del informe sobre los precios de los alimentos sin gluten (FACE, 2017), una familia con un miembro celiaco y tomando como base una dieta de 2000 a 2200 Kcalorías, puede incrementar su gasto en la cesta de la compra en casi 21,68 a la semana, lo que significa un incremento de unos 86,7 al mes, y de 1040,41 al año.

2. Motivos de sabor: al eliminar el gluten de los alimentos estos son menos sabrosos y esponjosos y para mejorar su sabor, se les suele adicionar una mayor cantidad de grasa, azúcar o sal, lo que los convierte en menos saludables, además de incrementar notablemente su valor calórico. Una galleta común aporta 70 Kcalorías, frente a las 210 Kcalorias de una sin gluten. Por otro lado el aumento de azúcares, grasas y sal, sumado a la perdida de las ventajas del gluten, puede elevar, según un estudio de Harvard, el riesgo cardiovascular, la hipertensión y los niveles de colesterol.

3. Motivos nutricionales: en un reciente estudio publicado por la Sociedad Americana de Nutrición Clínica se indica que la eliminación del gluten aumenta la sensación de hambre y la resistencia a la insulina, lo que puede incrementar hasta en un 13% la incidencia de Diabetes tipo 2. Esto se explica porque los “alimentos sin gluten” tienen un mayor índice glucémico que el alimento convencional.  Además el gluten ralentiza la absorción de los azúcares que llevan los alimentos con carbohidratos, reduciendo también el aporte de algunos micronutrientes (vitaminas D y B, calcio, hierro, magnesio y zinc). 

RESUMEN

No existen evidencias que justifiquen que la población sana siga una dieta sin gluten, ya que hasta el momento no se ha podido demostrar que sea más beneficiosa que la dieta basal, y si además tenemos en cuenta que los seguidores de este tipo de dieta, tienen tendencia a incluir mayoritariamente productos procesados, esto puede llevar a un aumento de la incidencia del riesgo cardiovascular, hipertensión y niveles más altos de colesterol.

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