FÚTBOL PROVINCIAL

El Allariz acaricia el liderato

Allariz - Polígono
photo_camera El portero alaricano Barco despeja el peligro en los últimos minutos del partido ante el Polígono

El cuadro local rescató un empate ante un Polígono en inferioridad numérica y que se mostró enfadado con la actuación arbitral

El Allariz dio por bueno el empate 1-1 ante un Polígono ya que le permite coliderar la liga al cierre de la primera vuelta. En el cuadro industruial, que jugó más de una hora con diez jugadores, estaban que trinaban con la labor arbitral, entendiendo que se sentían perjudicados y que a su rival no se lo había medido con el mismo rasero.

Los alaricanos se encontraron con un Polígono aplomado en defensa, pero que también supo interrumpir el circuito Beto-Paco y con ellos dejaron a Veloso como un náufrago en la parcela ofensiva y Anxo no rindió como otras tardes. Aún así, el delantero peinó un buen centro de Veloso que desvió Gorka a la esquina.

La expulsión del capitán Toni, que era un contratiempo lo supo enmendar con mucho oficio el conjunto industrial, que se atrevió incluso a visitar el área contraria con los desmarques de Benito y Jorge, aunque sin peligro.

El partido cambio de decorado a partir del 0-1. Rubén Villa pudo habilitar a Jorge que aprovechando un monumental despiste defensivo se plantó en el área y con un disparo ajustado al palo derecho le daba alas al Polígono.

A partir de ese momento el Allariz buscó de una manera desordenada llegar al empate, mientras los dirigidos por Diego González aguantaban con firmeza y en medio de la desesperación local buscó la sentencia mediante una contra.

Aún así, Juli mezclado entre los centrales, remató una falta de Beto que encontró bien parado a Gorka.


Empate y nervios


Cuando el empate no llegaba, se produjo el penalti de Gonzalo al interceptar con su brazo un disparo dentro del área. Beto lo lanzó y superó la estirada de Gorka que alcanzó a tocar el balón, pero que no pudo impedir el 1-1.

El partido entró en una fase en la que los nervios y las protestas proliferaron, llegando incluso a armarse un pequeño revuelo entre los jugadores. El Polígono no se conformó con el empate y pudo romperlo con un potente remate de Gonzalo que se estrelló en la cruceta. Ya no hubo tiempo para más.

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