TRANSPORTE

Alumnos de A Gudiña se irán de Viana por el horario del bus

<p></p>
photo_camera Fachada principal del instituto Carlos Casares, en Viana do Bolo.

Si usan la línea regular llegan al instituto una hora antes de clase y tienen que regresar con sus padres

Los cuatro jóvenes de A Gudiña que estudian en el Instituto Carlos Casares de Viana podrían dejar el centro el curso próximo. Los horarios del autobús que cubre la línea regular son totalmente incompatibles con los de las clases y las familias aseguran que, si siguen igual, muy a su pesar, irán a Ourense el curso próximo. La situación actual no favorece a nadie. Ni a los alumnos, obligados a seguir unos horarios absurdos; ni a las familias, que preferirían que sus hijos continuasen sus estudios en la villa vianesa; ni al citado instituto, condenado a comprobar como su alumnado se reduce sin poder hacer nada para frenarlo.

Uno de los estudiantes es hijo de Chelo Alonso, quien lamenta el problema existente. "É un instituto que me parece interesante e con profesores moi bos, mais se segue o problema o ano que ven irá á Universidade Laboral de Ourense. Que faga 1º de Bacharelato en Viana e cambiar en 2º fastídiame. Este ano, outros xa foron a Ourense", dijo.

El problema de los alumnos comienza a primera hora de la mañana, pues deben madrugar para coger el autobús que recorre los 20 kilómetros que separan A Gudiña de Viana para dejarlos en el Carlos Casares a las 8,10 horas. Al dejar el transporte, los estudiantes se refugian en un aula que les deja el centro. Sentados en sus pupitres esperan más de una hora hasta que lleguen las 9,15 horas y puedan comienzar las clases.

La espera matutina, a pesar de la incomodidad que supone, no es el problema más grave. Este llega con la salida de clase, a las 15,00 horas. En esos instantes, los jóvenes de A Gudiña deben armarse de paciencia para regresar a sus casas en el primer autobús, que no los recogerá hasta las 17,30 horas. Estos horarios rigen cuatro días de la semana -de martes a viernes-, pues el lunes tienen actividades de tarde y no pueden abandonar el centro hasta las 18,00 horas, cuando el transporte ya dejó atrás Viana. Si las familias se esfuerzan en recogerlos la mayor parte de los días, el desplazamiento es obligado esa jornada. "É moito tempo perdido tódolos días. Falamos cun taxi, pero costaríanos 150 euros mensuais por cada rapaz. Estamos indo a buscalos nós tódolos días", explicó Chelo Alonso. Así las cosas, no es extraño oír a esta madre lamentar que "o rural cada vez vai a menos".

El director del Instituto, Carlos Ferreiro, comparte la inquietud de los padres. "Entendo o problema das familias, polo perxuizo que lles causa". Su preocupación va más allá y teme que pueda afectar a la actividad del centro. "É unha situación que pon en perigo a estabilidade do Bacharelato no Instituto", comentó.

Los cuatro estudiantes de Bachillerato de A Gudiña no tienen derecho al transporte escolar, aunque sí podrían utilizarlo existiendo plazas libres en los vehículos de aquellos cursos de carácter obligatorio, como Educación Infantil o Primaria.

La Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria reconoció no tener capacidad para resolver el problema. "Non hai outra alternativa. Non pasa ningunha ruta, nada", afirmó.

Te puede interesar