NAVIDAD - BELÉN

Arte navideño en miniatura: el Belén de Outomuro

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photo_camera Emilo Cid es el autor de un espectacular y minucioso belén que se puede visitar en Outomuro.

Los coches de la familia Cid de Outomuro duermen en la calle los días más fríos del invierno. Desde el 1 de diciembre y hasta pasar Reyes, el bajo de la casa familiar está ocupado por el espectacular belén navideño que elabora con esmero Emilio Cid. 

A medio camino entre Celanova y Barral, en la travesía de Outomuro (Cartelle), renace cada año desde hace seis, el Belén do Milo. El nacimiento a base de poliestireno expandido (porexpan) y espuma de poliuretano es todo un acontecimiento navideño en el concello y, dada la repercusión mediática de los últimos años, un reclamo que motiva la visita de vecinos de toda la comarca de Terras de Celanova, de O Ribeiro, la ciudad de Ourense o mismo de Vigo (Pontevedra).

Un total de doce escenas bíblicas y unas 220 figuras protagonizan el escenario ubicado en el garaje familiar. En los 32 metros cuadrados que ocupa el escenario, el portal con María, José y el niño casi pasa desapercibido entre las diferentes casas, mercados y puestos gremiales de Belén, que cuenta con una zona egipcia, un lago con peces y una zona de montaña delimitada por la muralla de Jerusalén. "Todos los años hago algún monumento nuevo, este año le tocó a la puerta de Toledo, también está el acueducto de Segovia", señala Emilio Cid, a quien sus raíces le tiran más que la tradición y, entre su nacimiento, ha colado la torre de Sande y la iglesia de O Mundil, en Cartelle; el puente de Vilanova de Allariz; o las Burgas de Ourense. "Para el año que viene tengo en mente hacer el puente romano de Freixo (Celanova) y también la zona de cruceiros de Os Calvarios, en Santa Baia (Cartelle)", adelantaba.

Una casa, 200 tejas

La afición por la confección de la representación navideña surgió casi de casualidad. "Yo ayudaba a poner las luces de los belenes de Ourense", recuerda. El primer año el belén apenas ocupaba dos metros cuadrados, "pero la cosa fue a más y a más", reconoce este ourensano que le dedica al belén todas las horas que la familia y el trabajo lo permiten. "Al pasar Reyes lo desmonto, pero trabajo en nuevas figuras y escenas todo el año", reconoce. Una de las tareas más laboriosas "son las tejas, las tengo que hacer una a una y dan mucho trabajo porque una casa puede tener 200 tejas", contabiliza.

La satisfacción de ver la cara de felicidad de los niños o las alabanzas de sus vecinos es suficiente recompensa para tantas horas de trabajo. "Hai que comprar un baixo máis grande!", comentaban impresionadas un grupo de vecinas que aprovecharon la mañana del domingo para pasarse por el bajo ubicado en la travesía de Outomuro.

Este año, Milo está contento porque por primera vez el Concello de Cartelle ha decidido colaborar enviando, cada tarde de lunes a viernes, a una persona para abrir este mágico lugar. "El fin de semana ya estamos nosotros, pero el abrir entre semana y publicitarlo en el cartel del Concello está haciendo que mucha gente venga a verlo", comenta Cid. Los que no lo hayan hecho todavía, el Belén do Milo estará abierto hasta el 7 de enero.

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