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El autónomo cambia de perfil pero sigue con pocas vacaciones

Young girl before movement objects in business

Desde la crisis se ha incrementado el abanico de sectores que han aumentado el número de “freelance” en sectores con poca presencia relativa de esta figura 

Según ATA, la Asociación de Trabajadores Autónomos, si bien desde 2009 el incremento del número de autónomos fue modesto, un 1,3% más, el cambio en su composición si fue, en cambio, significativo. Mientras las actividades autónomas vinculadas a inmobiliarias, las profesiones sanitarias o  aquellas ligadas a la educación subieron en este periodo de casi 10 años, un 50% o más, y las que agrupan a sectores de carácter científico y técnico lo hicieron en un 40%, otras ocupaciones más típicas del empleo autónomo y de gran peso relativo, como  construcción, industria o agricultura, se han reducido significativamente. También destaca el fuerte incremento del emprendedor de más de 40 años, así como el peso creciente de las mujeres que trabajan por cuenta propia. Así, los autónomos de más de 40 años representan ya el 73% del total, hasta 8 puntos más que hace 10 años, y las mujeres han subido un 7% en estos años por un descenso del 2% del número de hombres. Por regiones los mayores incrementos se observaron en Canarias, Baleares, Andalucía y Madrid, con un avance en torno al 10%, mientras que el extremo noroeste de la península, incluyendo Asturias, Castilla León y Galicia, acumula los mayores descensos desde el inicio de la crisis. Lo que no ha cambiado es el escaso tiempo para vacaciones de que dispone el autónomo. El tópico se sigue cumpliendo en este caso. Según un informe de  la startup Muno, integrada en el área de nuevos negocios del BBVA, siete de cada 10 trabajadores por cuenta propia disfrutan de dos semanas, o menos, de vacaciones al año y un 80% trabaja todos o la mayoría de fines de semana.

En cualquier caso, España sigue siendo un país de autónomos y pequeñas empresas, circunstancia que tampoco cambia, y Galicia es el mejor ejemplo de ello. El último informe del Instituto Galego de Estatística (IGE),  refleja que el 93 % de los más de 49.000 negocios de la comunidad formaban parte de este grupo de micropymes al cierre del año 2017, si englobamos en este grupo a todas las unidades inscritas, en este caso  como  empresas con una facturación por debajo de los dos millones de euros. Además, esta tendencia se acentúa, ya que en este año,  ya que se ha frenado el número de sociedades constituidas pero las nuevas empresas son cada vez más pequeñas, con el comercio y los servicios liderando en número las iniciativas. En todo caso, si bien es cierto que hay un menor dinamismo en la creación de nuevos negocios, también se observa en paralelo una desaceleración en proporción casi similar  en la disolución de empresas en el mismo período. En los 5 primeros meses del año  desaparecieron en la comunidad 772 negocios, 22 menos que en los primeros cinco meses del 2017, circunstancia positiva a la que hay que sumar el número decreciente de empresas afectadas por concurso de acreedores.

En resumen, en el mundo de los autónomos y las microempresas hay cosas que no cambian pero otras evolucionan, como el mayor peso de la mujer, el éxito de los autónomos senior y una mayor diversificación sectorial. El objetivo está ahora en favorecer un crecimiento más robusto de los negocios para lograr un mayor tamaño medio de las iniciativas emprendedoras. 

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