EN LA CIUDAD

El botellón se expande en Ourense y la dispersión amenaza su control

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photo_camera Botellón en la praza do Trigo, hace tres semanas.

As Mercedes, parque das Zapatillas y praza da Estrela, nuevos puntos de aglomeración de jóvenes

El botellón en la ciudad se enfrenta a un nuevo reto, tras la dispersión realizada el pasado fin de semana por los agentes de la Policía Local en el Casco Vello, concretamente en la praza do Trigo. Ese mismo fin de semana, los jóvenes que tradicionalmente hacían botellón en la zona histórica se desplazaron a otros lugares y ya generaron nuevas quejas.

Los puntos neurálgicos escogidos por los jóvenes fueron, en este caso, la praza da Estrela –frente al Auditorio– y el parque de la Zapatilla –muy cerca, en San Francisco–, entre otros puntos. En ese primer lugar, los vecinos ya dieron alerta a las autoridades durante la misma noche del sábado. Esa plaza, totalmente rodeado por los edificios, parece, a todas luces, una mala ubicación para realizar una práctica ya nociva de por sí, como es el consumo de alcohol de los menores en la calle.

Esta dispersión de la zona de botellón es la nueva amenaza a la que se enfrenta la ciudad, ya que los dispositivos policiales a los que puede hacer frente el Concello no son capaces de dar abasto en todas estas zonas. De hecho, si bien el pasado sábado se desplegaron cuatro patrullas para controlar todo el dispositivo, durante la noche permanecieron tan solo dos en las inmediaciones, debido a que otras tuvieron que atender llamadas de vecinos llegadas de otros lugares, casi siempre por el mismo problema: el botellón. Además de estas zonas, la centralita de la Policía Local también recibió llamadas de la praza de As Mercedes, una zona que fue epicentro del botellón hace 10 años, hasta que fue desterrado.

Así, el otoño promete ser caliente, en cuanto a esta práctica, mientras la ordenanza no recoja exactamente la prohibición. Ni los agentes tienen amparo legal suficiente para que los jóvenes no estén bebiendo en la calle, ni personal suficiente, ya que en muchos casos será complicado mantener cuatro patrullas en servicio todas las noches de fin de semana. 


La presión social surgió efecto en la praza do Trigo


La plaza do Trigo fue la ubicación idónea durante varios meses para el botellón. Previamente lo había sido la Alameda, si bien la puesta de largo del mercado provisional de abastos echó a los jóvenes de allí. Ahora, la presión social y vecinal hizo que tuvieran que marcharse de  esta céntrica zona del Casco Vello. El pasado sábado por la noche , apenas había un par de grupos bebiendo en esa zona, algo que vecinos y hosteleros agradecieron, al evitar las dantescas imágenes de semanas anteriores.


La ordenanza antibotellón sigue a la espera de ser aprobada


La ordenanza antibotellón planteada por el gobierno municipal de Ourense sigue a la espera de que sea aprobada en junta de gobierno para ser posteriormente elevada a la comisión de pleno. De momento, los grupos municipales de la oposición preparan enmiendas, ya que la pasada semana así lo confirmaron. 

Esto no hará más que ralentizar el proceso de aprobación de esta normativa que recoge, aparte de medidas de prevención, la prohibición del consumo de alcohol en cualquier vía pública, con prohibiciones que llegan hasta los 3.000 euros en los casos en los que las molestias a los vecinos sean graves. 

Precisamente la prohibición ha sido uno de los motivos de polémica, ya que grupos del ala izquierda no parecen ver con agrado esta medida, que han calificado de "represora". Con esto y las críticas a las medidas de prevención, todo apunta a que el show botellonero continuará durante semanas (quizás meses). 

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