Cuando una calle presenta desde hace tiempo un firme irregular con el riesgo de terminar haciéndose intransitable y no se ataja el deterioro, el siguiente paso es ir viendo como se hacen agujeros y cada vez son más grandes. Eso ocurre en la calle Antonio García Ferreiro, que une la avenida de Zamora con la zona del ambulatorio de A Cuña, donde además de no contar con aceras en gran parte de su recorrido, tanto viandantes como automovilistas tienen que sortear los profundos baches y las piedras esparcidas por la vía.
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Esteban Leis
18/ene./18 - 13:12
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