Opinión

Canto a la heroicidad

La quizá desordenada política de Ciudadanos cuya dirección toma rumbos distintos en dependencia de su demarcación electoral y su situación geográfica, puede hacer dudar de su solvencia en materia de gobernación, pero nada ni nadie pueden poner en duda el compromiso adoptado por las huestes de Rivera y Arrimadas en territorios tan difíciles como la Cataluña que ha brotado de esta deriva independentista en donde a uno le pueden romper el tabique nasal por un quítame allá esos lazos. La responsabilidad política tiende a suponer que es mucho más beneficioso para todos restar trascendencia a ciertos sucesos ocurridos en esa comunidad en los que se manifiesta la feroz intolerancia que acompaña al secesionismo, pero la triste realidad es que si no eres independentista y lo manifiestas públicamente te pueden inflar a palos.

Hace algún tiempo, proclamar esa situación era quizá tomada por mentirosa y exagerada, pero hoy es una dolorosa verdad. Una mujer que retiraba lazos amarillos de la vía pública fue atacada y agredida por un sujeto que la emprendió con ella a puñetazos. La agredida está en su casa con un ojo morado y la nariz partida, y el agresor está en libertad con cargos, con orden de alejamiento y pendiente de juicio. Probablemente el asunto se solventará con una multa pero la dolorosa realidad es la que es por mucho que Rufián pretenda que es mucho más grave que exista una cruz franquista que una ciudadana atacada en la vía pública por ejercer su libertad, abofeteada, humillada e insultada.

Cataluña tiene un pasado sembrado de hechos alarmantes pero nunca, que yo sepa, se había llegado a esto. Hasta ahora. Por eso, aceptando ciertos errores cometidos por Ciudadanos en su práctica parlamentaria, y suponiendo que esos errores hayan podido restarles clientela, su rearme moral convertido en campaña contra las arbitrariedades de unas autoridades catalanas que desprecian al 50% de la población de la región los convierte en héroes porque héroes han de ser hoy día los que, por ejemplo, retiran de sus parques, jardines y vías públicas esas lazadas que representan lo que representan y que respaldan una situación ilegal. Cataluña debería garantizar equidad en el tratamiento de los que no quieren ser independientes del mismo modo que trata a los que sí lo quieren. No es así. Y eso que Ciudadanos ganó las elecciones aunque no gobierne.

 

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