Para mí fue una de las revelaciones de este año. Un restaurante para volver y disfrutar de toda la carta.
Más nos conviene que Marcelo Rebelo de Sousa, a la sazón presidente de la República Portuguesa, no visite nunca este establecimiento. Si llega a saber que existe la leyenda de que Viriato nación en Verín y prueba el bacalao que cocina Manuela Prado, propietaria de Casa Manola, daría órdenes de invadir Verín de inmediato. ¿Cómo es posible que un restaurante gallego haga un bacalao al horno tan bueno como el mejor de los restaurantes portugueses?
Esa misma pregunta me la hice yo cuando me encontré una posta de bacalao al horno de una calidad como no recordaba en muchos años, con un punto de sal tan perfectamente ajustado y una sencilla guarnición de patatas, pimientos de Oímbra, cebolla y un aceite que estaba a la altura.
El caso es que ya había probado el carpaccio de bacalao y me había parecido magnífico, y su pulpo a la parrilla. Y el medallon de solomillo con foie... Pero el bacalao al horno rompe con todos los moldes.
Casa Manola se encuentra en las afueras de Verín, saliendo hacia A Gudiña. Fácil estacionamiento y un local que en su fachada no dice gran cosa, lo cual me pareció magnífico porque la sorpresa me la llevé al entrar. Acogedor, con un servicio extraordinariamente amable y muy buen conocedor de los vinos en general y de los de Monterrei en particular, que hace apostolado de los productos gallegos. El trabajo en cocina es impecable: en la parrilla que está a la vista o en el horno y los fogones que están al lado. Buena carta, desde las entradas a los postres y una relación entre calidad y precio que sorprende muy positivamente.
Para mí fue una de las revelaciones de este año. Un restaurante para volver y disfrutar de toda la carta.
