COB

El COB empieza machacando

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photo_camera Rozitis y Watson, machacando el aro.

El Río Ourense Termal estrenó el casillero de victorias y lo hizo donde más se valora, ante su gente. Se presentó en el Pazo y a cara lavada y con las señas de identidad que se ha propuesto como objetivo desde el inicio. Ganó al Canoe por aplastamiento y sobrándole un cuarto. Desde la defensa y asumiendo sus limitaciones.

Un COB sin tiro exterior (no lo tiene) y sin adornos. Un equipo que apunta a ir permanente con la ropa de diario y sentirse guapo con ella. La primera impresión se antoja la buena. Defienden todos y atacan la mayoría. Atrás, con el notable como nota de corte y adelante, con lo suficiente para ser ya competitivo y esperar a que el trabajo diario ayude a aumentar el repertorio.

El Canoe jugó siempre con manos en la camiseta, aliento en el cogote y piernas que sortear en el camino al aro. Le sirvió en el primer cuarto gracias a los tiros iniciales de un ex, Ander Martínez, y la libertad para gastarlos de Tyson Pérez y sobrevivió en el segundo por tres errores defensivo cobistas en el último minuto y medio (38-35).

Pero antes el COB ya había enseñado las cartas. La salida a pista de Masters y Watson (que jugó lesionado por decisión propia) aumentó la intensidad defensiva y Zamora despejó las dudas que hasta entonces había en ataque. Sin triples, la solución fue ser más verticales y correr un poco más. Ocho puntos de ventaja (36-28) que ya avisaron de lo que estaba por venir.


Parcial decisivo


No hubo que esperar. Un parcial de 19-0 sin opción a réplica. El Canoe pestañeó y sin darse cuenta ya no estaba en el partido. Sin trampa ni cartón.

Van Wijk y Ott subieron tanto la intensidad defensiva que el partido se convirtió en un frontón. La bola solo corría en una dirección. En la zona Rozitis se hizo gigante y a la carrera Ott, Zamora y Masters se fueron relevando para castigar sin descanso a un rival incapaz de anotar una sola canasta en ocho minutos (57-35).

Por 30 llegaron a ganar los cobistas un partido que seguro dará confianza para afrontar la tercera cita en siete días. O en seis, está por ver (así se las gastan la FEB y LaLiga). Una victoria para seguir ilusionando a un Pazo que respondió por encima de las expectativas. En día se semana la entrada fue similar a las de los viernes. El esfuerzo mereció la pena.

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