COMIDA

Restaurante Orellas: cocina y ambiente caseros para combatir el frío

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Trabaja básicamente con menú del día, por diez euros, con primero, segundo, postre, bebida y café. Por encargo, se pueden reservar comidas como cabrito asado, cocido, etcétera.

Está en la misma carretera que te lleva camino de Lobios, Portugal y el resto del mundo, Limia abajo.  El pequeño edificio que alberga este restaurante parece esculpido a cincel en una inmensa roca que aflora y de la que todavía se puede ver su aspecto en el solar de al lado. En mayo pasado cumplió cincuenta años y aunque le han dado un importante cambio de imagen, la cocina sigue manteniendo ese sabor tradicional que se espera en un restaurante rural.

El Orellas es bar y restaurante. Trabaja básicamente con menú del día, por diez euros, con primero, segundo, postre, bebida y café. Por encargo, se pueden reservar comidas como cabrito asado, cocido, etcétera.

El día que aterricé por allí, que fue el viernes pasado, tenían tres primeros para elegir y cuatro segundos. A saber, espaguetti marineros, fabada y entremeses y en los principales, carne ó caldeiro, merluza a la romana, chuleta de cerdo y filete de pollo.

En la primera elección no tuve duda: la fabada. En el segundo, no sabía, si tomar la merluza, por elegir algo más ligero tras el entrante, o la carne ó caldeiro. Total, como éramos dos, pedimos uno de cada.

Raciones abundantes, ciertamente. Me gustó mucho la fabada, muy diferente de lo que se suele tomar por ahí adelante: más ligera, sin tanta grasa, un buen primero para entonar el cuerpo un día frío. La merluza y la carne estaban bien. Ésta última la aderezan con una ajada, y no le queda mal. Los postres, fueron los que más flojearon. Pero, en general, salí muy satisfecho del conjunto. 

En resumen, un local limpio, con buena calidad en la cocina, buen servicio en sala, rápido y atento, y un comedor espacioso y cálido, y con un precio equillibrado con el menú. 

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