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La condena de las dos áreas

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photo_camera Los porteros Xoán y Martín Carral se han ido alternando en el once inicial del equipo ourensano.

La falta de puntería en ataque y errores puntuales en la retaguardia, mantienen la mala racha del Pabellón que continúa en la parte baja de la tabla

Orgulloso y satisfecho del trabajo que están haciendo mis jugadores desde que comenzamos”. Así está el técnico del Pabellón, Guillermo García. Palabras de apoyo para una escuadra que las necesita en estos momentos. Los blanquiverdes perdieron el domingo ante el Avilés y cayeron a la penúltima plaza de la División de Honor. Fue una de esas semanas 'horribilis' en la que solo pudieron sumar un punto de nueve posibles.

"En Avilés fue otro de esos encuentros muy igualados. Ambos equipos tuvimos ocasiones claras. Primero nos pudimos adelantar, y tras recibir el gol, hubo varias opciones de empate. Son esas jugadas puntuales las que nos están condenando en este tramo de competición", lamenta el entrenador pabellonista. Un duelo marcado por una acción al comienzo de la segunda parte. Un gol anulado, que supondría el 1 a 1, y que se saldó además con la expulsión de Óscar Bravo. "Para mi la acción es clara. Un despeje que le da en la cara a nuestro jugador y que supera al portero con una vaselina. Tanto es así, que le hace sangre en un labio", señala el entrenador local.

No es la primera vez que una expulsión inocente condiciona al Pabellón. "Ahí es donde se nota la juventud", señala García. "Es algo que hablamos y una trajeta roja evitable, que no nos podemos permitir. Aunque es cierto que en este caso tenía un atenuante claro". A pesar de eso "pienso que dimos la cara más de 40 minutos con un hombre menos, buscando nuestras ocasiones y solo encajando el segundo gol en un contraataque en el tiempo añadido", sentencia el preparador ourensano.

Una final en Os Remedios

Ahora la plantilla blanquiverde piensa ya en el Areosa. Un rival del que le separan cuatro puntos en la clasificación y que, hasta la fecha, ha tenido un rendimiento desconcertante. "Tienen una base muy buena del año pasado, a la que han incorporado algún fichaje de calidad. Pero son un conjunto muy irregular, capaz de ganarle a un 'gallito' como el Sporting de Gijón, pero tropezar ante rivales de la parte baja", indica Guillermo García, metido ya en labores de análisis del adversario.

Mirando a su propio vestuario, el técnico blanquiverde no abandona todavía el botiquín médico. "Lo cierto es que nunca había tenido una plaga de lesiones como la que estamos sufriendo esta campaña. No solo por cantidad, también es significativa por los jugadores a los que afecta", comenta resignado. "Tenemos bajas entre la gente con más experiencia, aquellos que nos deben dar ese plus de tranquilidad y saber estar que haga que el número de errores descienda".

La competición está a punto de consumir su primer tercio. Queda mucho por delante, pero también ha transcurrido una parte importante como para hacer análisis. El sábado el Pabellón tienen la ocasión delante de sus aficionados de empezar a enderezar el rumbo en esta exigente competición.

Objetivo: echar el cerrojo

En las ocho jornadas disputadas, el Pabellón Ourense no ha conseguido mantener su portería imbatida. Bien sea por la calidad de los adversarios, o por errores puntuales que se pagan caro, los ourensanos han tenido que marcar al menos dos goles para conseguir los puntos que adornan su casillero. Solo hay un equipo que está en la misma situación dentro del Grupo 1º. Y curiosamente es el Alondras, el próximo rival de los blanquiverdes. La fortaleza defensiva se convertirá en una de las claves para salir victoriosos de ese duelo ante un rival que, ahora mismo, es directo en la lucha por la permanencia.

Los cuatro puntos que lleva el Pabellón, se consiguieron en dos encuentros. Los ourensanos superaron al Tropezón en Os Remedios por 3 tantos a 2. Los cántabros son colistas actualmente, pero obligaron a los jugadores entrenados por Guillermo García a tener puntería para asegurar el triunfo. El otro punto llegó a domicilio. Un empate a 2 ante el TSK Roces. En Asturias, el Pabellón no pudo mantener la renta de 0 a 2 que llegó a tener y la igualada dejó un sabor agridulce.

Por ello, el duelo del sábado tendrá en la retaguardia una zona de especial interés. El trabajo defensivo es cosa de todos, atacantes y defensas, y el técnico local espera pulir esos errores puntuales que están impidiendo sumar con una mayor regularidad. En una situación similar está el Alondras. A pesar de que sus resultados son más ajustados en cada jornada, es un conjunto al que sus rivales le llegan con peligro y siempre le han marcado. Un recién ascendido llamado a estar en una zona templada, pero sus altos y bajos hacen que no terminen de despegar.
El Pabellón ha recibido 19 goles, el Areosa 13. Unas cifras que les hacen estar en la zona baja de la clasificación y que se pondrán a prueba este fin de semana con un partido que, sobre el papel tendrá goles, algo que ambas escuadras pretenden evitar.
 

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