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Constancia, esa virtud tan fácil y tan difícil de lograr

La clave está en nosotros. En nuestra constancia. Con ella lograremos (casi) todo. Sin ella, (prácticamente) nada. En nuestra salud, en el trabajo, en el deporte y en la vida

En el mundo del deporte profesional, sobran los casos de atletas con grandes condiciones físicas y talento perdidos por el camino por diferentes motivos: pereza, inconstancia, soberbia... Sin adentrarnos en los comportamientos extradeportivos.

También existen otros, quienes partiendo de una cualidades más bien mediocres, superaron todas las previsiones y alcanzaron el éxito, gracias a otras virtudes no medibles: esfuerzo, carácter ganador, constancia, paciencia, inteligencia, capacidad de adaptación... Suplieron su defectos entrenándose más que el resto, cuidando su cuerpo y pensando el futuro, conscientes de la brevedad de su carrera.

Estas virtudes son esenciales para el deporte, para los estudios, para el mundo real. Para la vida.


Es bueno, si se hace


También para nuestra salud y bienestar general. Nadie pone en duda que la práctica de Ejercicio Físico es una formidable medicina de prevención, curación o paliación de una gran cantidad de enfermedades y trastornos físico y mentales. Pero esta medicina implica una dosis que debemos administrar.

Ahí está el problema. La semana pasada escribimos sobre el exceso de Ejercicio. En la presente abordamos la otra cara de la moneda, la falta de Ejercicio.

Para dejar de fumar, independientemente del método, tiene que producirse un acto. Dejar de fumar. Para lograr los beneficios del Ejercicio tiene que suceder lo mismo. Hay que cumplir el propósito y practicarlo. Y sólo es una cuestión de voluntad. Tan fácil, tan difícil. Ahí reside gran parte del éxito.


Pequeños consejos


¿Cómo lograrlo? Hay que elegir la actividad más apropiada, que a veces no es la que más nos gusta pero cuyos resultados nos motivarán a seguir. Tiene que incorporarse a nuestra rutina sin suponer un gran trastorno de tiempo, desplazamiento o dinero. Debe practicarse en un lugar donde nos sintamos cómodos, por la dirección y la compañía. De lo contrario, cualquier excusa será buena para dejarlo.

Con todos estos puntos a favor, la clave está en nosotros. En nuestra constancia. Con ella lograremos (casi) todo. Sin ella, (prácticamente) nada. En nuestra salud, en el trabajo, en el deporte y en la vida. 

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