Opinión

De error en error

Si hay algo que me parece imperdonable en los políticos, es su incapacidad para reconocer errores. Su empeño en justificar los errores que cometen les llevan a tomar por tontos a los ciudadanos, a querer que comulguemos con ruedas de molino.

La semana pasada Irene Montero, portavoz de Podemos, se equivocó diciendo la palabra "portavoza". Una equivocación la tiene cualquiera, de manera que no hubiera tenido mayor importancia si la señora portavoz no hubiera intentado convertir ese nimio desliz lingüístico en un alegato feminista. Una pretensión fallida desde el primer momento.

Banalizar el feminismo sí que me parece grave. Hay muchas batallas que dar por la igualdad y desde luego la igualdad no se consigue haciendo ingeniería social con la lengua, sino en el caso de la señora Montero, con propuestas parlamentarias. Y en eso que intervino, para echarla una mano, la vicesecretaria general del PSOE Adriana Lastra.

La señora Lastra hizo una defensa tan torpe como inútil del término "portavoza", y también ella, confundiendo los culos con las témporas, hizo un seudoalegato que pretendía ser feminista pero que simplemente fue ridículo.

Pero a la metedura de pata de la señora Lastra se le unió la señora Calvo. Si, Carmen Calvo, que para mas INRI fue ministra de Cultura. La señora Calvo avaló el disparate lingüístico y se quedó tan ancha advirtiendo además que su palabra era ley, es decir que esa era la posición del PSOE y no había más que decir. 

O sea que en el PSOE han vuelto a cometer la misma equivocación que en el pasado reciente, cuando Bibiana Aido, que también fue ministra, tuvo otros desliz lingüístico y dijo aquello de "miembros y miembras". Como la señora Aido recibió un sinfín de críticas entonces desde el PSOE salieron en tromba a defenderla y a afirmar que decir "miembras" era un paso en la lucha por el feminismo y la igualdad. Y se quedaron tan a gusto.

Es decir que son incapaces de reconocer errores y prefieren descalificar a quién se atreva a criticar esos errores.

Les confieso que cuando observo este PSOE no lo reconozco. No recuerdo de quien fue aquella afirmación, si de Felipe González o de Alfonso Guerra, de que el PSOE era el partido que más se parecía a España pero sí sé que el PSOE ya no se parece ni a sí mismo.

El PSOE que fue capaz de transformar nuestro país, que hizo buenas las recetas de la socialdemocracia con políticas encaminadas a la universalización de la educación o la sanidad, de ese PSOE no queda nada o casi nada. Desde luego no andan sobrados de mucha consistencia política, y si no solo hay que escuchar a la señora Lastra y a su avalista la señora Calvo. 

Si de verdad les preocupa la igualdad tanto la señora Montero como las señoras Lastra y Calvo podrían ponerse a trabajar para lograr la equiparación salarial, o para que la precariedad laboral no se cebe sobre todo en las mujeres, o para que la conciliación deje de ser tan solo una palabra o una declaración de intenciones, o para que a las mujeres jóvenes cuando van a una entrevista de trabajo no las perjudique eso, ser jóvenes y por tanto estar en edad de poder tener hijos, por no hablar de que muchas de las mujeres que se atreven a denunciar a sus maltratadores son abandonadas a su suerte sin recibir una protección real, etc, etc, etc.

En vez de querer convencer al personal que es feminismo puro decir "portavoza" deberían disculparse y reconocer su error, amén de ponerse a trabajar en serio por la igualdad.

Te puede interesar