PRIMERA DIVISIÓN

La directiva del Celta no se sentará junto al alcalde

Carlos Mouriño y Abel Caballero conversan en el palco de Balaídos en un partido de esta temporada.
photo_camera Carlos Mouriño y Abel Caballero conversan en el palco de Balaídos en un partido de esta temporada.

El club celeste no estará con Caballero en el palco y el Concello tacha la decisión de "antidemocrática"

 

La disputa entre el Concello y el Celta a cuenta de la ciudad deportiva que el club celeste proyecta en Mos vivió ayer un nuevo capítulo que se escenificará por primera vez esta noche en el partido que enfrentará al equipo vigués con el Barcelona en Balaídos.

El Celta hizo público ayer un comunicado en el que informó de que "ningún directivo del club se sentará en el palco presidencial  del estadio de Balaídos al lado del alcalde de Vigo, Abel Caballero, mientras éste no cumpla su palabra y deje de atacar sin motivo a la entidad".

El equipo celeste añadió en el escrito que "el Celta abandonará esta medida, que comenzará en el encuentro de este martes frente al FC Barcelona, cuando el alcalde respete y cumpla los acuerdos alcanzados con el club, entre ellos realizar una remodelación del estadio que incluya los servicios, espacios y comodidades para nuestros aficionados que requiere un estadio de primer orden en una Liga de primer nivel, otorgar la concesión de Balaídos en las condiciones pactadas y con la finalización de las obras en los plazos acordados, y respetar el crecimiento del Celta en el municipio limítrofe de Mos".

Por su parte, fuentes municipales respondieron ayer mismo que "los acuerdos sobre Balaídos se están cumpliendo y se está haciendo la más importante remodelación de su historia. Dos gradas hechas y el proyecto de Gol, Marcador y el aparcamiento, en marcha. Ningún campo de fútbol de España está en una remodelación de esta envergadura pagada con fondos públicos; en tiempos y plazos adecuados. La reforma del campo de Balaídos sigue su marcha a velocidad".

Las mismas fuentes indicaron que "esta declaración, de quien sea del Celta, es profundamente antidemocrática. No obedece al interés del Celta y la ciudad de Vigo sabe muy bien a qué razones obedece. La defensa de la ciudad de Vigo, de sus ciudadanos, es lo que siempre movió a este gobierno. Y seguiremos defendiendo Vigo contra todos los que lo intenten perjudicar. Los ciudadanos de Vigo saben muy bien a qué obedece esta decisión de alguno del Celta. Lo saben muy, muy bien. Este gobierno fue democráticamente elegido por los ciudadanos y se debe a los ciudadanos. Otros defienden sus intereses".
Por último, desde el Concello afirmaron que "nosotros al campo de fútbol vamos a ver fútbol, no a hacer política. Los campos de fútbol son para ver fútbol, no para hacer política". La fricción entre Celta y Concello de Vigo continúa, pues, su escalada. 

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