Cartas al director

Eficacia y cortesía parlamentaria (el desempleo juvenil)

Resulta incomprensible el asumir cómo partidos políticos y sus representantes desperdician tan lamentable y olímpicamente su tiempo  y nuestro dinero, dedicándolo a desprestigiarse entre ellos. Nunca el parlamentarismo español había caído en semejante degradación como la actual. El uso y abuso de insultos y descalificaciones han alcanzado cotas inadmisibles, tanto provocado por los enfrentamientos personales entre diputados, como por las protestas colectivas acompañadas de los distintos numeritos: exhibición de carteles, camisetas, abucheos, pataleos, etc. Las continuas faltas de respeto por parte de algunos energúmenos, deberían ser sancionadas con la inmediata expulsión del Hemiciclo de sus protagonistas sin más contemplaciones. 

Resulta muy triste reconocerlo pero lo cierto es que existen sesiones en las cuales, la única diputada que justifica su sueldo es la presidenta dotada de un paciencia franciscana. De  ahí que los ciudadanos, en el momento que aparecen imágenes del Parlamento, inmediatamente cambien de canal...¡Tonterías, las precisas!
 Sres. diputados: pisen a la calle, escuchen a los ciudadanos y entérense de lo que sucede. Una vez asumido, propongan e implementen las medidas necesarias, persiguiendo y sancionando muy duramente los fraudes, única forma de superar nuestra lamentable situación. La ciudadanía ya está harta de presenciar continuos enfrentamientos estúpidos protagonizados por imbéciles contendientes, cuyo único objetivo, como se viene demostrando, es proporcionar satisfacción a sus respectivos y puercos egos.....¡Tiempo al tiempo!