Opinión

El cura y la locura

La Iglesia, organización religiosa a la que este chófer de anécdotas respeta y continúa perteneciendo, tendría que estar más preocupada por el desinterés del personal hacia sus prédicas y algún que otro comportamiento reprochable de alguno de sus miembros que por las coñas que se hagan durante el Entroido, ya sea en un cartel del concello de A Coruña o en el pregón en Santiago, por muy desafortunado que sea.

Si el año pasado fue la Asociación de Viudas de Lugo la que denunció a José Manuel Sande, concelleiro das Culturas de A Coruña, ahora es la Asociación Española de Abogados Cristianos la que anuncia una querella contra el humorista Carlos Santiago por el "contenido vejatorio anticristiano" en el pregón que propinó y no descarta, "en la medida en que solicite pruebas, ampliarla próximamente al alcalde compostelano", Martiño Noriega. Suena a locura o a fanatismo, pero el PP compostelano aviva las brasas. 

El arzobispo ha organizado para hoy un acto de desagravio al apóstol Santiago y a la virgen del Pilar. Y están bien las plegarias, pero hay curas como Luis Rodríguez Patiño, párroco de Xermade y Guitiriz, que prohibiría la entrada al acto a Alberto Núñez Feijóo y a Mariano Rajoy, ya que reclama que se les "expulse de la Iglesia por usureros" como manda el Evangelio. Es precisamente esa parte del clero la que mantiene la fe de un personal cada vez más incrédulo porque no comulga con lo que escucha en los púlpitos. 

Predicó el papa Francisco el otro día que el mejor ayuno de Cuaresma es pagar salarios justos y no en negro. Para el Santo Padre "escamotear la pensión y la cobertura sanitaria es un pecado gravísimo" que no se soluciona agarrándose a la disculpa de una limosna para contentar a Dios. Amén. 

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