XORNAL ESCOLAR

El secreto del aprendizaje

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photo_camera Una joven montando a caballo.

El refuerzo en el feedback: clave de éxito

El término inglés feedback, traducido al castellano por realimentación o respuesta, se ha convertido en habitual en nuestras conversaciones y trabajo, especialmente las del ámbito profesional entorno al deporte y la educación. Pero si lo acotamos al contexto deportivo, y la relación entre monitor/a – entrenador/a y deportista, o la relación entre padre/madre e hijo deportista, el feedback sería el proceso mediante el cual el/la entrenador/a o madre o madre se comunica con el deportista para transmitirle una información sobre una tarea, ejercicio o acción.

Respecto a ello, debemos preguntarnos: ¿Cómo nos comunicamos con nuestros deportistas? ¿Cómo es la calidad de ese feedback? Partiendo de la idea de que el feedback puede ser positivo o negativo, en función de nuestra percepción en si cumplen o no el objetivo de la tarea o nuestras expectativas, debemos tener en cuenta además de que en este feedback, en esta retroalimentación, también existe un refuerzo de ese mismo aprendizaje. 

El feedback es una herramienta esencial en la mejora del rendimiento y en el aprendizaje de cualquier deporte. Es una oportunidad para detectar errores y áreas de mejora, permite corregir fallos, si se utiliza adecuadamente ayuda a orientarse hacia los objetivos y los resultados. Pero a menudo cometemos el error de abusar del refuerzo negativo en el feedback,  lo cual limita que se produzca un aprendizaje significativo en el/la deportista. 

Cambiar la polaridad (+/-)

Inconscientemente, a la hora de corregir, nos centramos en los aspectos negativos, y a menudo en el resultado final, y no tanto en su proceso. Debido a ello, nuestra percepción está acostumbrada a ver siempre lo malo y no tanto lo bueno, y al mismo tiempo estamos condicionando el aprendizaje del deportista y su visión sobre sí mismo. En este sentido y en primer lugar, deberíamos invertir en algunas ocasiones la polaridad de las correcciones y darle más peso (y cantidad) a los aspectos positivos y menos a los negativos. 

En un feedback, puede haber refuerzo positivo y negativo, y las correcciones deben de ir orientadas a mejorar, no solamente centradas en lo que hacemos mal, si no como lo podemos mejorar, aprovechando para animar y motivar de cara al siguiente ejercicio.

Calidad VS Cantidad

Durante el feedback, en función del tiempo que tengamos, damos una serie de pautas, información y correcciones, a menudo de forma excesiva. Esta información debe ser en pequeñas dosis, que el/la deportista pueda asimilar, comprender, e interiorizar. Es mejor poco y bueno, que mucho y malo. 

En la calidad también influye el estilo de comunicación. Comunicar no solo es transmitir información,  también es transmitir emociones y tendrá mayor impacto y efectividad si utilizamos bien nuestros gestos y nuestras emociones. 

Feedback intrínseco

Una de las claves para producir ese aprendizaje significativo que todos buscamos, no solamente está en utilizar el feedback extrínseco al que estamos acostumbrados desde pequeños, la clave está en fomentar y enseñar a utilizar el feedback intrínseco, en el que el/la niño/a tenga la capacidad de analizarse a sí mismo, corregirse, darse pautas, hablar consigo mismo, tomen conciencia, pues de esta forma conseguiremos que avancen mejor en su rendimiento y sus objetivos, al mismo tiempo que se harán deportistas inteligentes, con capacidad de reflexión, análisis y toma de decisiones. 

En definitiva, lo que todos los entrenadores buscamos, que sean autónomos y aprendan a ser sus propios entrenadores. 

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