Opinión

El sepelio de la asesinada

La voz de Alfonso Rueda, vicepresidente de la Xunta, apareció repentinamente entre las interferencias radiofónicas por las montañas de Os Ancares. "A Xunta asumirá os custos de sepelio das nais e os orfos e orfas contarán cunha indemnización económica". Menos mal que no se interrumpió la conexión porque la frase dejó en el interior del coche una sensación de pasmo como la temperatura en el exterior. "O que parece obvio non o é porque non se fai en ningún lado", añadió Alfonso Rueda para corregir algún gesto de sorpresa en la Cámara gallega, según pudo deducir este chófer de anécdotas. En el boletín informativo -puede que fuese de Radio Nacional, aunque la conexión se perdió a los pocos segundos- abundaron que el vicepresidente comparecía a petición propia en el Parlamento para dar cuenta del desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género, en el que la Xunta ya ha ingresado los ocho millones de euros asignados, y de las 14 medidas que activará en 2019.

Es necesario que se verbalicen los problemas para estar más cerca de la solución. El objetivo es erradicar los asesinatos de mujeres a manos de sus maridos o parejas, pero, con el riesgo de incurrir en una frivolidad, en todos estos años de denuncia contra la violencia machista nunca había aflorado en este folio la pregunta sobre quién costea el entierro. Con la pareja en el trullo, se presupone que los deudos cargaban con la pena y con la cuenta. Terrible. 

Convendremos en que siempre hacen falta más fondos para desarrollar el plan, o que no estaría de más una unidad específica adscrita a la Vicepresidencia de la Xunta, como reclamó la nacionalista Noa Presas, pero cuando se da un paso en un tema tan sensible, entretenerse en si fue Pedro o Pablo el que ha permitido sortear el desbloqueo Mariano, como manifestaron la socialista María Pierres o la diputada de En Marea, Paula Quinteiro, no ayuda gran cosa a las mujeres que conviven con su soga ni tampoco permite arañar un puñado de votos. Que la Xunta active un plan con 14 medidas es positivo y, ya que estamos, tampoco estaría de más que atendiese la petición de En Marea para que en los colegios que uniforman a sus alumnos no obliguen a las niñas a vestir falda y les permitan elegir. Sería un buen gesto. 
 

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