Opinión

Enredados

Las redes sociales han contribuido a acentuar notablemente la teatralidad en los actos y declaraciones políticas, aunque se corre el riesgo de que la sobreactuaión no se distinga demasiado de la parodia. Galicia tiene que celebrar que, por fin y no sin tiempo, todos los grupos parlamentarios están de acuerdo en reclamar la devolución del Pazo de Meirás a los herederos del dictador Francisco Franco o de emprender las acciones legales necesarias para que el inmueble regrese al pueblo.

La postura del PP continúa siendo según su portavoz parlamentario, Pedro Puy, "que la familia Franco no haga negocio con un bien que fue adquirido en un momento de la historia de España que hace dudar sobre la legitimidad de esa propiedad y que, en todo caso, fue cedido con una finalidad que remató hace más de 40 años". Las palabras del diputado más sólido de los populares y sobrino de Manuel Fraga indican un cambio de rumbo rotundo. 

"O que realmente foi un atraco non pode producir un beneficio á familia Franco, foi expropiado a punta de pistola". Luís Villares, portavoz de En Marea, dijo lo mismo pero con trazo grueso.

Y aunque su declaración esté cargada de razón, no será un tuit o un titular el que incline la voluntad los herederos, sino la presión firme de las instituciones o los tribunales, como es consciente el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, para recuperar las esculturas de Abraham e Isaac talladas por el Maestro Mateo para el Pórtico de la Gloria. Noriega ha renunciado a pedir medidas cautelares una vez concluida la cesión para la exposición celebrada en el Pazo de Xelmírez.

Razona que podría obstaculizar el proceso judicial abierto en Madrid tras acreditar documentalmente que la propiedad es del Concello y estar en curso la declaración de las piezas como Bien de Interés Cultural por parte de la Xunta. Una veintena de representantes del BNG, en cambio, decidieron encadenarse ayer en la entrada de Xelmírez para que se visualice su posición en contra de que regresen a manos de los Franco.

Se quedan con la foto, no con las estatuas, de momento. Sociedad Civil Catalana anda de gira por Galicia para exponer su posición constitucionalista en Cataluña. En Marea y BNG no han querido atenderlos. Han perdido la oportunidad de conocer otra versión del enredo.

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